Margot Alvariño
18 de marzo de 2017
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Una vez que terminamos de publicar en esta sección la gran mayoría de las epístolas que figuran en nuestro libro Ernesto Lecuona: cartas, que se vende en varias de las librerías del país, procedemos a incluir en De Ayer y de Siempre muchas de las notas biográficas publicadas al final de la obra.
Ellas tienen como objetivo informar a los lectores quiénes son las personalidades citadas en las cartas.
Alvariño, Margot (La Habana, ?-?). Cantante y actriz. Según ella declaró a la revista Carteles, su primer escenario fue la escuela pública número 4, de la capital cubana, en la que, siendo aún niña, se destacó en la interpretación de tangos y cuplés. Con solo diez años de edad poseía una buena voz de soprano y recibió algunas clases de canto de Tina Farelli en la Academia Filarmónica Italiana.
La prensa mencionó su presencia en un festival artístico celebrado el 23 de septiembre de 1930 en el teatro Moderno, de la Calzada de Jesús del Monte. Hizo su debut profesional ante los micrófonos de la PWX. Posteriormente tuvo éxito en el programa Teatro sintético del aire, de la CMX (Radio Lavín), y Ernesto Lecuona le posibilitó el debut escénico al contratarla en 1932 para su temporada en el Principal de la Comedia.
En ese elenco asumió personajes de María la O, Niña Rita, La flor del sitio, El maizal, La guaracha musulmana, El amor del guarachero y El cafetal, y de inmediato se convirtió en una de las figuras favoritas del público. A seguidas el maestro Lecuona empezó a incluirla en sus conciertos de música típica criolla, en los cuales la Alvariño consolidó su prestigio como intérprete de guarachas, sones y pregones, género este último en el cual se consagró al cantar El frutero, de Lecuona.
Actuó luego en el Encanto y ante los micrófonos de diferentes plantas radiales, hasta que en 1934 ella y su hermana Lela –quien se convertiría en su mejor consejera y empresaria– fueron contratadas por Ernesto Lecuona para su temporada de arte lírico en México. Al este volver a La Habana, la Alvariño permaneció dos años en la nación azteca, donde trabajó en los teatros Politeama y Fábregas con las compañías de Joaquín Pardavé y Agustín Lara, en el cabaret El Retiro y en la radioemisora XEW.
A su regreso a Cuba, la firma Películas Cubanas, S. A. la contrató para participar en los rodajes de Sucedió en La Habana, El romance del Palmar, Mi tía de América y Estampas habaneras. En lo adelante distintos espectáculos teatrales garantizaron su éxito con la presencia de Margot Alvariño, que en 1939 retornó a México para trabajar al lado de Mario Moreno (Cantinflas) en el Folies. Durante esta nueva estancia mexicana, de un año, se presentó además en El Patio, la emisora XEB y ciudades de distintos estados y municipios.
Otra vez en la capital cubana, siguieron sus actuaciones en teatros y radioemisoras. El presidente de la RHC-Cadena Azul, Amado Trinidad, la coronó «Reina del Pregón» en el transcurso de un acto celebrado en el teatro América el 30 de noviembre de 1941. Un año después se casó con el médico Wilfredo Fernández Vila, establecido en Cienfuegos, e inició un progresivo retiro de las tablas. En 1943 participó en la gala dedicada en el Auditórium a Moisés Simons, Ernesto Lecuona y Eliseo Grenet por la Corporación Nacional del Turismo.
Durante su última etapa profesional ofreció conciertos acompañada al piano por el compositor Huberto Rodríguez Silva, con cuyos pregones A Caridad le da el santo y La negra Cacha, y El frutero, de Lecuona, era ovacionada por los espectadores la que, sin duda alguna, ha sido una de las más refinadas intérpretes de nuestra música popular.
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