Los SÍ y los NO en la mediación de conflictos
27 de julio de 2018
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Anteriormente compartí con ustedes un hecho del que fui testigo y que podía ser catalogado como un “conflicto” y también expliqué dos actitudes diferentes de dos profesoras que pretendieron resolver el problema de unos padres enojados porque su hija había suspendido el año de estudios y querían que fuera aprobada con argumentos ajenos a la eficiencia y conocimientos de la joven, sino por los sacrificios que ellos consideraban había hecho la joven y atacando con supuestos prejuicios de los profesores.
Los que leyeron esta historia (y los que no, pueden encontrarla en este mismo espacio) recordarán lo que puede llamarse el anti-mediador de conflictos y el verdadero negociador de conflictos, y como les prometí, continuaré con otros aspectos de esta anécdota y es lo referido a lo que NO debe hacer alguien envuelto en una situación problemática y lo que SÍ se debe hacer para llegar a una solución.
Quien media en un conflicto debe ser un tercero, o sea, que no esté involucrado en la situación; sin embargo, esto no quiere decir que pueden ocurrir situaciones en que siendo una de las partes involucradas, se puede actuar como un negociador – aunque puede resultar más difícil por encontrarse involucrado emocionalmente –, pero yo creo que es un aspecto del alfabetismo emocional a tener en cuenta, en tanto es un tipo de aprendizaje muy útil para la vida el aprender a manejar correctamente los intercambios interpersonales donde hay posiciones opuestas.
En la historia que les conté, la primera profesora era una de las partes involucradas, y la segunda era una tercera, pero aún así se pueden evaluar los aciertos y errores en ambas actuaciones. Lo que NO se debe hacer (que fueron los errores que cometió la primera profesora) es: Los otros que opinan diferente a uno NO son nuestros enemigos, tampoco nosotros poseemos la verdad absoluta (aún cuando tenemos la razón), por lo que los otros NO están totalmente equivocados, por lo que hay que buscar los posibles aciertos y verdades.
Otro error es que las emociones negativas nos embarguen porque eso provoca que queremos GANAR a todo precio y la mente racional suele bloquearse. Por otra parte NO se debe tratar a los otros con superioridad porque eso los disminuye y aumenta la presión y la incomunicación y, por último, NO ponga ejemplos de personas que actúan mejor y si se trata de asuntos ajenos a su vida personal NO se ponga de ejemplo.
En el caso de la segunda profesora que sí fue una tercera parte o parte no involucrada, los aciertos de su actuación son los clásicos de un mediador de conflictos y fueron: comenzar con una actitud calma y expresar claramente el respeto que le inspiraban ambas partes y su disposición a escucharlos, no permitiendo que se interrumpieran, sino que cada cual emitiera su criterio en el tiempo que le correspondía, haciendo énfasis en lo que quería la parte demandante y a continuación haciendo preguntas sobre la factibilidad de aprobar a una estudiante suspensa (se les había mostrado el examen), porque la petición iba en contra del reglamento, de la verdad y de la honestidad, y a continuación dándole posibles soluciones para que la joven aprobara en el inexorablemente próximo curso que debía repetir – lo que quedaba a su elección, ya que lo otro era que dejara los estudios. La mediadora logró terminar el conflicto con el principio fundamental de situaciones como éstas que es GANAR-GANAR, lo cual es algo importante a aprender, ya que popularmente se maneja el falso criterio que hay que GANAR e incluso que hay que DESTRUIR, APLASTAR, ANIQUILAR al otro y aún cuando ese otro es alguien cercano, al que estimamos y con quien mantendremos relaciones cercanas, ya sean de amistad, de trabajo e incluso de familia, porque se ha acuñado que GANAR es parte del éxito en la vida, mostrando superioridad.
La verdad es que alcanzar el éxito es mucho más complejo que tener siempre la razón. Para terminar voy a decir otros NO en la mediación de conflictos, que aunque nuestras protagonistas no lo hicieron, se ven en otros momentos y son GRITAR, VALER UNA POSICIÓN DE PODER, ABONDONAR EL DIÁLOGO, FALSAS ACEPTACIONES CUANDO NO SE ESTÁ CONVENCIDO, GUARDAR RENCOR PARA VENGANZAS POSTERIORES, INTIMIDAR, AMENAZAR y tal vez me faltan algunas, pero creo que he sido lo suficientemente explícita y que lo que les he dicho, espero que les sirva en la vida. Si es así me siento satisfecha.
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