Los patrones de las emociones
20 de mayo de 2016
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Cuando vemos un filme, una telenovela, las emociones que nos comunican los actores es a través de sus rostros y cuerpo, porque lo que se expresa de esta manera es más veraz que lo que se dice con palabras, por eso en el estudio para esta profesión se trabaja mucho la expresión facial y corporal, y nosotros, los que estamos del lado de acá de la pantalla o en la butaca del teatro nos sentimos “contagiados” o no con el dolor o la alegría del personaje, y se nos estruja el corazón o la adrenalina corre por nuestras venas si nos convence, e incluso –si es un policíaco–, podemos desentrañar quien es el criminal porque lo que expresa el personaje (si se quiere pasar por “bueno”) no nos engaña, y hasta le gritamos a la pantalla para que la investigación se enfile hacia él o ella.
Ejemplos como estos pudiera poner muchísimos, pero en la vida real tener en cuenta la información facial y corporal es mucho más importante, ya que conocer al mentiroso, al débil, al traidor, al confiable, al honesto y las muchas características que tenemos los seres humanos es vital para saber con quién queremos compartir la vida, e incluso es bueno para conocer con los que nos relacionamos de forma temporal. Durante la vida aprendemos –algunos más y otros menos– algunas de estas características, pero yo les voy a dar hoy algunas sugerencias, y para ello hay que empezar prestando atención a los pequeños patrones faciales y verbales de los otros, porque esto nos ayuda a entender que están pensando y sintiendo los otros.
Hay movimientos y cambios que no pueden ser manejados o controlados por la voluntad, como por ejemplo los cambios de color de la piel: sonrojarse, sombras en distintas partes de la cara, palidez, esas son evidentes señales emocionales. Sonrojarse dice que hay vergüenza, pena, nerviosismo y también ira, mientras que el miedo hace que la cara se ensombrezca, y hay hasta quienes adquieren un tono verdoso alrededor de la boca. Otro aspecto es la tensión o relajación muscular de la cara, alrededor de los ojos, labios y mandíbula, y en particular el labio inferior suele temblar sin que la persona pueda controlar estos movimientos y el asombro hace que abramos la boca, haciendo que la mandíbula inferior caiga y tomemos aspecto de tontos, pero el asombro también nos puede llevar a hacer una aspiración profunda con la boca abierta. La respiración es otra parte de la comunicación extra verbal que brinda información emocional, por lo que el ritmo de la misma se acelera, observándose que el pecho se infla y desinfla rápidamente cuando nos embarga una emoción fuerte, incluso aparecen saltos respiratorios y hasta “hambre de aire” que hace que abramos la boca para poder respirar; y esto último puede aparecer cuando amamos de forma apasionada o cuando conocemos a alguien que nos impresiona fuertemente. Por otro lado, el cuerpo también tiene respuestas emocionales típicas en forma de posturas, como de contracción muscular, y algunas de estas son apretar los puños como señal de enojo controlado, taparse los ojos es vergüenza, ponerse las manos en la frente nos está indicando preocupación, agobio, echar la cabeza hacia atrás nos está diciendo “ya no aguanto más”, bajar los hombros es cansancio o sea “me doy por vencido”. Erguir el cuerpo y ponerse tenso es señal de alerta porque escuchamos o sentimos algo a lo que debemos prestar atención, y con esta acción estamos poniendo en alerta todos los órganos de los sentidos para obtener información sobre la situación y prepararnos para una respuesta. Cuando permanecemos sentados las posturas también dan información interesante; postura rígida es nerviosismo, postura relajada es que estamos a gusto con la situación, y las piernas en movimiento constante es ansiedad, preocupación, y lo mismo indican las manos que se juntan, se aprietan y realizan otros movimientos como alisarse el cabello, palparse bolsillos, etc. Yo por ahora los dejo porque acaba de empezar una película y el protagonista me ha dejado con la boca abierta ¿por qué será?
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