Los instrumentos musicales en Cuba (II)
30 de diciembre de 2016
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En mi comentario anterior me referí a los instrumentos musicales que llegaron a Cuba con la conquista española. Hoy comenzaré por mencionar algunos de origen africano (en su mayoría membranófonos).
A los negros que llegaron a nuestro país como esclavos, no se les permitió traer ningún objeto material y, debido a las marcas de su rostro, se pudo determinar la etnia a la que pertenecían. Aquí, se les obligó a aceptar la “civilización” hispánica y fue por eso que ellos, para enmascarar sus creencias, dieron lugar al denominado sincretismo religioso donde cada santo católico era para ellos: Obatalá, Orula, Yemayá… tradición que se conserva. En cuanto a los instrumentos musicales africanos, fueron construidos aquí con materiales cubanos, como las maderas de nuestros campos, comenzando así la transculturación que, poco a poco, se extendió a otras esferas de la cultura.
Con la Revolución de Haití, llegaron nuevos instrumentos musicales como el clavicémbalo, y ya en el siglo XVIII, los negros habían aprendido a tocar la bandurria y a entonar melodías europeas mientras las orquestas de negros amenizaban los bailes de blancos.
La construcción de instrumentos musicales es muy antigua y, en Cuba, se convirtió en industria en la segunda mitad de la pasada centuria, sin embargo, nunca un instrumento creado en serie podrá superar la calidad de la construcción artesanal; pero la demanda exige rapidez en la producción y de ahí la necesidad de crear fábricas para la construcción y reparación de instrumentos, como la que lleva el nombre de “Fernando Ortiz”. Al referirse a las maderas utilizadas en la fabricación de instrumentos cubanos como las tumbadoras, la musicóloga Sonia Pérez Cassola dice en su libro: “Los instrumentos musicales cubanos”:
“Las maderas utilizadas /…/ son la majagua, la caoba, el cedro. De todas ellas la majagua es la más vistosa debido a la disposición de sus vetas. La majagua es una especie endémica de Cuba y Jamaica que puede alcanzar los veinticinco metros de altura. /…/ Esta especie es adorada por algunas religiones sincréticas. Es utilizada en la fabricación de tambores batá, bongoes, tumbadoras… Hay que reseñar la tumbadora Tata Güines diseñada por el maestro percusionista y construida de esta madera. Aparece como dato curioso el quinto Chano Pozo, una tumbadora de pequeño diámetro y sonido agudo, sin llaves de apriete y que hay que afinar con calor”.
En cuanto a los luthiers cubanos, heredaron el arte de los ancestros italianos constructores de violines, y hoy día se han ganado un prestigio enorme en la fabricación y reparación de guitarras, tres, laúdes…
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