Los extraordinarios higos: saludables y nutritivos (II)
15 de marzo de 2023
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Los higos son una fruta extraordinaria por su dulzor y esa textura crujiente que provoca tanto gusto al comerla. Es dulce a causa de los azúcares naturales que posee como la glucosa, fructosa y sacarosa, por esto se podría pensar que tiene cientos de calorías, pero no es así. Su aporte calórico, si se consume fresco, es solo un poco mayor que el de las manzanas: 70 Kcal/100 g de higos frescos (o 249 Kcal en la misma cantidad de higo seco). Cuando están frescos son delicados y perecederos, por lo que a menudo se secan para preservarlos. Así se produce un fruto seco dulce y nutritivo que se puede disfrutar en cualquier momento del año.
Diferencias entre higos frescos y secos. Dado que los higos se consumen frescos y secos, deben destacarse sus divergencias en cuanto a su contenido nutricional. En los secos, los valores nutritivos, para raciones iguales de igual peso de fruta, se concentran, multiplicándose, aproximadamente por tres, debido a la pérdida de agua, que pasa del 80% en los frescos, al 30% o menos en los secos.
¿Qué nutrientes aportan los higos en 100g de porción comestible?
El potasio y el calcio son los minerales que más abundan en los higos. En especial, el calcio y el magnesio los convierten en una fruta adecuada para mantener en buen estado los sistemas nervioso y músculo-esquelético. El magnesio, además, asegura la fijación del calcio y se relaciona con el funcionamiento de intestino, nervios y músculos, forma parte de huesos y dientes, mejora la inmunidad y posee un suave efecto laxante.
El potasio es necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso, para la actividad muscular normal e interviene en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula. Por su elevado contenido en potasio y bajo en sodio, los higos resultan muy recomendables para aquellas personas que sufren hipertensión arterial o afecciones de los vasos sanguíneos y el corazón. Sin embargo, las personas que padecen de insuficiencia renal y que requieren de dietas especiales controladas en potasio deberán tener en cuenta su ingesta. No obstante, conviene su consumo entre quienes toman diuréticos porque estos eliminan el potasio.
El fósforo mantiene los huesos en buen estado.
El hierro ayuda a transportar el oxígeno necesario para el metabolismo celular.
El manganeso es un oligoelemento que participa en la formación de huesos y tejidos, en la coagulación de la sangre, en las funciones de la insulina y en la síntesis del colesterol.
Los higos maduros son muy digestivos porque contienen una sustancia llamada cradina, que es un enzima digestiva, en ella se encuentran ciertas cantidades de ácido cítrico, ácido málico, ácidos ascético y pentonasa que es otra enzima que ayuda a generar azúcares a partir de los carbohidratos presentes en las plantas.
Son ricos en fibras (fibras solubles e insolubles) que es una de sus características nutricionales más destacable. Esta particularidad permite que los higos se digieran muy bien y actúen como emolientes (suavizantes) de las mucosas del tracto gastrointestinal, razón por la cual son consideradas frutas laxantes. La fibra tiene la capacidad de fijar sustancias (ácidos biliares, colesterol…), de modo que disminuye o retrasa su absorción. Esta propiedad es particularmente interesante para las personas con colesterol elevado, ya que se forman geles viscosos entre la fibra soluble y el colesterol que se excreta, en parte, junto con las heces. La fibra soluble retiene agua, por lo que aumenta el volumen de las heces haciéndolas más fluidas y la fibra insoluble aumenta la velocidad de tránsito intestinal y con ello la evacuación de las heces. Este hecho hace de los higos una buena herramienta para combatir el estreñimiento y la atonía intestinal. Además, la fibra realiza una función de protección frente al cáncer de colon, ya que impide o disminuye el tiempo de contacto de sustancias cancerígenas con la mucosa del intestino grueso.
Son abundantes en vitaminas. La cantidad moderada de provitamina A, es de acción antioxidante y precursora de la Vitamina A en nuestro organismo conforme este lo necesita. Dicha vitamina es esencial para la visión, el buen estado de la piel, el cabello, las mucosas, los huesos y para el buen funcionamiento del sistema inmunológico. Además de ello, la Vitamina B1 ayuda a convertir los alimentos ingeridos en energía y es importante para el crecimiento, desarrollo y funcionamiento de las células del organismo, mientras que la Vitamina B6 interviene positivamente en el desarrollo cerebral durante el embarazo y la infancia, y en el sistema inmunitario.
Su porcentaje de grasas y proteínas es mínimo.
Recientemente se ha descubierto que los higos presentan actividad antioxidante. Las sustancias antioxidantes (provitamina A de estas frutas) neutralizan la acción dañina de los radicales libres por lo que contribuyen a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, degenerativas y de cáncer.
Poseen un compuesto denominado psoraleno. Ficus carica (higuera) es probablemente la fuente más abundante de psoralenos. ¿Qué son los psoralenos? Son sustancias vegetales sensibles a la luz (o que se pueden activar con luz). Los psoralenos se utilizan junto con la luz UV para tratar la psoriasis, el vitiligo y los nódulos en la piel a causa del linfoma de células T cutáneo. También están en estudio para el tratamiento de la enfermedad de injerto contra huésped. El psoraleno es un tipo de furanocumarina, esta se obtiene a partir de la fusión del núcleo de un compuesto químico (el furano) y de una sustancia orgánica aromática (cumarina).
Curiosidad. La higuera posee un mecanismo de defensa contra algunos animales herbívoros e insectos, mediante el cual los repele. Esta defensa consiste en una secreción de látex en hojas y ramas que se puede observar si se arranca una de sus hojas pero, en realidad, el árbol lo va expulsando constantemente en el verano. Aunque podría parecer inofensivo, este látex contiene furanocumarinas, un compuesto químico que puede provocar una reacción en la piel conocida como fitofotodermatitis, que ocurre tras el contacto con la sustancia irritante de la planta y la posterior exposición al sol.
El contacto de la piel con este látex trae como consecuencia la formación de unas vesículas cargadas de líquido, y un oscurecimiento (o hiperpigmentación) en las lesiones, que pueden ser pequeñas o muy grandes y desagradables. Así que: ¡Cuidado con recolectar higos a pleno sol!
¿Engordan los higos?
Entonces, mito o realidad: ¿los higos frescos engordan?
Para quienes desean adelgazar, estos frutos no son aceptados. Uno de los mitos que los rodean es que no se pueden utilizar en tratamientos para bajar de peso. Además, a los higos, la prensa, no les ha concedido mucha publicidad.
Sin embargo, como hemos señalado, es una fruta con poco valor calórico que brinda saciedad y tiene notables propiedades nutricionales.
Son tan agradables los higos que poetas, pintores, escultores y cocineros le han dedicado sus composiciones, pinturas, esculturas y recetas de cocina, los dejo con un poema de una distinguida poeta guatemalteca.
Propuesta del higo
Carmen Matute
Te propongo
la dulzura del higo,
su carne sonrosada,
replegada y húmeda
como un animal marino.
Goza el misterio de este fruto,
su textura de molusco,
su íntimo tamaño.
Tersa,
su pulpa
apremiará el deseo
de tu lengua.
Te propongo
las delicias del higo.
Muerde su violado,
desamparado centro,
prueba de nuevo –empecinado–
su carne
que guarda mieles y diluvios.
Las delicias y dulzura del higo
—pequeño y desbordado—
tan sólo te propongo.
Que tu boca profunda
se demore
en el dulzor secreto,
que asalte con lentitud
su carne desvelada.
Deja que a tu paladar
traiga la memoria
de sabores primitivos.
Recordemos que… “La naturaleza inspira, cura, consuela, fortalece y prepara para la virtud al hombre”. Solo hay un modo de que ella perdure: respetarla y servirle.
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