Líquidos para administrar medicamentos por vía oral

11 de julio de 2014

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Diana García García

Tragar una tableta o una cápsula puede ser incomodo y hasta difícil para algunas personas. Al tomar un medicamento por vía oral, este debe transitar sin interferencias por toda la parte alta del tubo digestivo, es por ello que es tan importante administrarlos con cantidades suficientes de líquido, para favorecer su adecuada deglución, disolución y absorción.
Algunos estudios en animales de experimentación han demostrado que la absorción de los medicamentos sólidos aumenta si se administran con un volumen abundante de líquido. Las curvas de concentraciones plasmáticas obtenidas con eritromicina, amoxicilina y teofilina, muestran que la absorción es mejor con un volumen suficiente de líquido.
De forma general el líquido de elección para administrar cualquier medicamento debe ser siempre el agua. El empleo de otros líquidos se debe valorar en cada caso, ya que pueden ocurrir interferencias entre estos y los medicamentos que se administran, con consecuencias no tan deseadas para el éxito del tratamiento.
Debido a su alto contenido en calcio, la leche puede disminuir la absorción de algunos medicamentos hasta en un 50%. Esto sucede con la doxiciclina, el ciprofloxacino y el norfloxacino.
Los zumos de frutas, aunque son buenos para enmascarar los sabores de los medicamentos, en algunos casos pueden interferir con la absorción o alterar la estabilidad de aquellos que son susceptibles a inactivarse a pH ácido, como es el caso de la didanosina.
Ingerir un volumen extra de líquido es útil para minimizar la intolerancia gástrica como en el caso del potasio. Esta medida es también aconsejable para evitar algunos efectos secundarios de los medicamentos como la formación y depósito de cálculos renales con las sulfamidas o la cistitis hemorrágica con la ciclofosfamida.
El café y el té pueden formar precipitados con los medicamentos antipsicóticos como la flufenazina y el haloperidol y disminuir su eficacia en pacientes psiquiátricos, lo que se cree puede tener importancia clínica, aunque aún está por determinar.