Leonel “Bebito” Smith, el maestro del agua
19 de septiembre de 2014
|El agua y Leonel “Bebito” Smith comenzaron una relación interminable en su natal Varadero. Desde edades tempranas, Leonel se vinculó al Club Náutico de ese destino turístico y a los 16 años ya era campeón nacional.
Las hazañas deportivas de “Bebito” comenzaron en los Juegos Centroamericanos de México en 1926, los primeros de la historia…
Los seis hombres ya están listos para lanzarse a la piscina. Es la final de los 400 metros, estilo libre. En la lista de competidores hay dos cubanos, por el carril dos aparece “Bebito”; mientras su compañero, Carlos González, está en el cinco. Al sonido del disparo del árbitro los seis cuerpos tocan la fría agua y comienzan a bracear, cada vez con más fuerza, en busca de la meta.
A la altura de los 300 metros la ventaja es para el mexicano Luis Scherer, aunque “Bebito” y Carlos le siguen muy de cerca. Quedan solo dos piscinas por nadar. El público, aunque no es mucho, apoya con toda lógica a su atleta. Scherer se separa un poco de los cubanos y parece que puede lograr el oro; sin embargo, a 25 metros para el final, “Bebito” sincroniza mejor el movimiento de sus manos y piernas y sobrepasa por menos de dos segundos al mexicano (tiempo oficial, 6:06,3 minutos). Detrás toca Carlos González. Ante la sorpresa de todos, el himno nacional cubano se escuchó por primera vez en tierra azteca; pero no sería la única.
Dos días más tarde, “Bebito”, todavía con el cansancio acumulado producto del enorme esfuerzo en la anterior final, decidió nadar los 1500 metros, también estilo libre. Pocos le daban posibilidades. Tal vez no conocían su historia, aquellas largas mañanas en Varadero, cuando “Bebito” se tiraba al agua para nadar varios kilómetros diarios.
Smith paseó la distancia en los 1500 metros. Sus rivales poco pudieron hacer. Los mexicanos trataron de alcanzarlo más de una vez; pero él se les iba, apretaba el paso y lograba más de 5 cuerpos de ventaja. Así, cómodamente, llegó hasta el final. Con tiempo de 26:17,7 minutos se convirtió en el primer atleta en obtener dos medallas de oro en los Juegos Centroamericanos.
Los triunfos del cubano en México no terminaron allí. El relevo cubano de 4×100 metros libres cerró por todo lo alto la actuación caribeña. Carlos González, Alberto Gou, Gonzalo Silverio y “Bebito” nadaron sin problemas la distancia y ganaron el oro, por delante de sus archirivales, los mexicanos.
Cuatro años después, La Habana acogió los II Juegos Centroamericanos, en medio de un clima político y económico muy inestable. La presidencia del país la ocupaba el dictador Gerardo Machado y tenía en su contra a casi todos los sectores de la población, además, la gran crisis norteamericana afectaba directamente a Cuba.
Bajo esas condiciones tuvieron lugar los Centroamericanos. La Mayor de las Antillas encabezó el medallero general, con 37 doradas, 20 plateadas y 21 de bronce. Detrás se ubicó México, con 31 títulos.
De nuevo “Bebito” fue la gran figura de la natación. Final de los 100 metros libres. Seis hombres por el título. Como sucedió en México, hay dos cubanos en la lista de partida. “Bebito” y Pablo de la Rosa. El árbitro se colocó en el otro extremo de la piscina e hizo sonar el disparo. La lucha de inmediato se centró entre los dos nadadores locales. Ninguno quería ceder; pero la Rosa fue mucho más fuerte y logró el oro, mientras “Bebito” quedó en el segundo lugar.
Al día siguiente, en su mejor evento, los 400 libres, “Bebito” salió a buscar el oro y lo consiguió con facilidad. Incluso rebajó su tiempo de México. En esta ocasión cronometró 5:28,06 minutos, es decir, 38 segundos más rápido que en su anterior cita.
El triunfo le volvió a sonreír en los 1500 metros y, una vez más, de forma impresionante, con un tiempo excelente, 22:22,0 minutos, casi cuatro minutos menos que en 1926. Para cerrar su exitosa carrera en Centroamericanos, “Bebito” integró junto a Gonzalo Silverio, Cosme Carol y la revelación, Pablo la Rosa, el cuarteto ganador del relevo 4×100 libre.
En total, en dos Juegos Centroamericanos y del Caribe, Leonel Smith tomó parte en siete eventos, de ellos ganó seis (incluyendo los relevos) y terminó segundo en otro. Ningún nadador cubano ha podido igualar la actuación de “Bebito”.
La carrera de Leonel iba en ascenso; sin embargo un accidente en 1932 lo alejó de forma definitiva de las competencias; pero no pudo vencer el amor de este hombre, amante fiel a las piscinas, a las que regresó y en ellas estuvo durante más de seis décadas, dedicado al trabajo con niños y jóvenes. “Bebito” logró aplicar una renovada metodología en la enseñanza de la natación. Bajo su experimentada pupila, cientos de chicos aprendieron a nadar antes de caminar.
En 1999 se instituyó que el 30 de junio fuera el “Día de la natación cubana”, como homenaje al natalicio de Leonel “Bebito” Smith, un formidable maestro del agua.
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