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Las primeras grabaciones de jazz, danzones y sones (III)

13 de marzo de 2020

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No parecen ocurrir estas acciones con el Son tocado con el formato conocido como estudiantina oriental o sonera (varias guitarras, un tres, cornetín, timbal y contrabajo o marimbula y güiro) donde todos los instrumentos sonaban de conjunto, al menos en los discos grabados por sistema acústico y eléctricos llegados a nuestras manos. Todo esto es constatable en la producción del CD producido por el sello Arlequín, titulado Hot Dance Music from Cuba, al parecer una serie de grabaciones atrapadas de viejas placas de pizarra en 78 rpm.

A las estudiantinas soneras las reemplazó el sexteto de son y en 1927 el septeto, con el aumento de un músico tocando la trompeta. Estos formatos incluían una guitarra, un tres, claves maracas, marimbula (caja con unos flejes para ser frotados) trompeta y el imprescindible bongó,

Estos formatos llegaron a la discografía ya con el uso de la electricidad y los micrófonos, esto hacía mucho más fácil el proceso de grabación y reproducción del Son.

En principio, los sextetos y septetos de sones debían viajar a Estados Unidos para poder grabar; luego las compañías discográficas optaron por trasladar hasta La Habana los equipos de grabaciones, lo abarataban los costos de producción. Entre estas agrupaciones se destacan el Septeto Habanero (primero fue sexteto) el Occidente, el Boloña y el Nacional de Ignacio Piñeiro. El primer Son grabado por sistema eléctrico al Sexteto Habanero fue el Son “Maldita timidez” y le siguió “A la loma de Belén”. Todos de una gran demanda entre los bailadores, que poco a poco fueron desplazando al danzón.

Actualmente, el formato septeto parece renacer, y aquí tenemos al Septeto Santiaguero, poseedor de un Grammy Latino y diversas menciones importantes en el mundo de la discografía.

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