Las mascotas como educadoras
28 de junio de 2017
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Para muchos las mascotas son educadoras en todo el sentido de la palabra. A veces de manera sutil y otras veces literalmente.
Y es que en ocasiones debemos poner atención a las cosas que podemos aprender de ellas. Como decían los antiguos: “Quien tenga ojos que observe; quien tenga oídos que escuche” pues no solo para ver y oír están esos órganos.
Recuerdo en los años 90 a Mina, mi gata abisinia blanquísima con grandes ojos azules. Quien tenga un gato sabe que tiene que ser organizado. Era una gata parsimoniosa, limpia, elegante, callada y cariñosa, pero como todo gato le encantaba la carne, las camas y arañar muebles. De nada valían regaños y reglas. Ella era quien ponía las reglas. Era muy respetuosa en mi presencia, pero una vez sola hacia lo que se le antojaba. Finalmente me enseñó a ser organizado. Me habitué a cerrar todas las puertas: si mi habitación quedaba abierta, podía encontrarla durmiendo plácidamente en mi cama. Si la alacena quedaba abierta, también podía convertirse en su alcoba.
La cocina debía estar impecable: si quedaban sobras de alimento, platos sin fregar, ollas o…carne, podías estar seguro de que Mina se encargaría del fregado con su lengua áspera. Sucedió poco, pero alguna vez perdí mi ración de chuleta.
Si demoraba algunos días en cambiar la caja de arena, ella se encargaba de recordármelo colocándome algún “regalo” en la entrada de mi cuarto.
¿Y era su culpa? Para nada, ella actuaba con su naturalidad gatuna y yo era su irresponsable dueño, pero no por mucho tiempo: en pocas semanas aprendí a organizarme, vivimos 16 años de armonía y mis visitantes se admiraban de lo “organizado” que tenía todo. El mérito era de Mina.
Un interesante artículo de la periodista Ilse Bullit expresa igualmente la sabiduría de la naturaleza de las mascotas si se sabe utilizar hábilmente como medio didáctico.
En el comentario una abuela explica a su nieta los azares de la vida y sus fenómenos a partir del comportamiento animal. La abuela cuenta la magia del nacimiento enseñando a la nieta cómo nació su mascota pollito de un huevo.
O cómo sucedió la fatal muerte en ese mismo pollito. Enseña a su nieta el enterramiento y como esa materia vuelve a la tierra sirviendo como alimento a flores e insectos.
Cómo quedan los buenos recuerdos al morir una mascota.
Cómo la perra conoce el amor con el perro, los peligros del amor cuando los perros pelean por la hembra; cómo pueden existir enfermedades venéreas entre los animales y los peligros de un embarazo no deseado, que trae muchos “perritos” y no hay donde ponerlos.
Cómo transcurre ese embarazo, sus dificultades, el doloroso parto, el cuidado de esos cachorros.
La convivencia en una granja entre especies diferentes, la importancia de la armonía familiar, el respeto a las diferencias.
Interesante artículo que todos debiéramos interiorizar y poner en práctica, pues la naturaleza y los animales son educadores perennes, solo hay que observar.
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