Las hormigas y sus curiosidades (I)
12 de abril de 2024
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Las hormigas desempeñan un papel crucial en los ecosistemas, ofreciendo diversos servicios como el transporte de nutrientes, la descomposición de la materia orgánica o la dispersión de semillas, entre otros.
1.¿Las hormigas asustan a los elefantes?
Es una historia de David contra Goliat, ¿por qué? porque se trata de proteger a unos árboles que son necesarios para absorber el dióxido de carbono y reducir así la acumulación de gases de efecto invernadero, estos árboles son las acacias de Kenia en África, fundamentalmente Acacia drepanolobium también llamada comúnmente «espina silbante» y se debe a que cuando el viento sopla sobre las espinas de bulbo (Ver la figura) en el que las hormigas han hecho agujeros de entrada y salida, crean un silbido. Al igual que otras acacias, A. drepanolobium tiene hojas que contienen taninos, que se cree sirve como disuasión a los herbívoros. Y también como todas las acacias no australianas, son defendidas por las espinas, pero, además, de espinosas son mirmecofitas que han formado una relación mutualista con algunas especies de hormigas. A cambio de refugio en los bulbos espinosos (domacios) y secreciones de néctar, las hormigas parecen defender el árbol contra los herbívoros, tanto mamíferos, así como insectos.
A su paso, los elefantes derribarían las acacias y las devorarían sin piedad si no fuera por las hormigas (unos mil millones de veces más pequeñas que los paquidermos) que, sin embargo, consiguen asustarlos. Las columnas de hormigas disuaden a los elefantes introduciéndose en su sensible trompa si se atreven a acercarse a las acacias, que a cambio de protección ofrecen a los insectos refugio y alimento.
Cuatro especies de hormigas compiten por la posesión exclusiva de las «espinas silbantes» individuales: Crematogaster mimosae, C. sjostedti, C. nigriceps y Tetraponera penzigi. Estas hormigas varían en su nivel de mutualismo con los árboles espinosos. La más común de las hormigas (~ 50% de los árboles), C mimosae (Ver la figura) tiene la relación más fuerte mutualista, y defiende agresivamente los árboles de los herbívoros.
A estas acacias, se les considera árboles fijadores de nitrógeno, que contribuyen a la fertilización del suelo y crean mejores condiciones para el desarrollo de otras plantas. En la Antigüedad era considerada una planta maravillosa, por sus propiedades curativas y hasta se creía ahuyentaba la mala suerte. En Egipto fue muy conocida y se utilizaba en la construcción de embarcaciones, estatuas y muebles.
Con este hallazgo se confirma que las hormigas tienen un importante impacto sobre el ecosistema de la sabana en la que viven, al proteger a unos árboles que son necesarios para absorber el dióxido de carbono y reducir así la acumulación de gases de efecto invernadero.
Los investigadores comprobaron mediante otros experimentos, que eran las hormigas, y no el sabor de cada especie de acacia, las responsables del comportamiento de los elefantes. Además, en un experimento a campo abierto, los científicos eliminaron las hormigas de algunas acacias y comprobaron, un año después, que estos árboles desprovistos de hormigas habían sufrido muchos más daños que los demás.
También observaron que las hormigas no molestaban a las jirafas, que se alimentaban sobre todo de hojas de acacia y que apartaban a las hormigas con su rugosa lengua. La trompa del elefante, sin embargo, resultó ser muy sensible a las picaduras de las hormigas, un auténtico infierno para estos enormes mamíferos.
Recordemos que… “La naturaleza inspira, cura, consuela, fortalece y prepara para la virtud al hombre”. Solo hay un modo de que ella perdure: respetarla y servirle.
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