La sombra viva
25 de noviembre de 2016
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Quien a buen árbol se arrima buena sombra le cobija
Refrán popular
La sombra viva es verde, no es un ente misterioso ni un monstruo que se esconde en la oscuridad. No nos persigue ni nos amenaza, más bien es una ayuda y un refugio. Al mismo tiempo sirve para aprovechar la energía del sol y para protegernos de ella. Pero se preguntarán ustedes que tiene que ver una sombra y más si es verde con el aprovechamiento de la energía y el confort.
La sombra viva según recuerdan las persona de más edad cubría hace mucho tiempo los barrios de las ciudades, las calles de los repartos de las afueras y hasta la carretera central que atraviesa a todo lo largo nuestro país.
Gracias a la sombra verde la temperatura del asfalto nunca era tan alta como para que éste se derritiera y se formaran baches o para que los neumáticos de los vehículos sufrieran el deterioro que trae el recalentamiento. También el aire era más fresco, pues no había tantas áreas asfaltadas o cementadas innecesariamente y el sol caía sobre el suelo, la hierba o la copa delos árboles.
En Cuba las 10 de la mañana en días soleados el asfalto puede alcanzar 80°C, el concreto de las aceras 65°C y el césped 38°C.
Cuando vamos a la playa siempre recordamos que si andamos descalzos y andamos por la arena o la hierba es diferente a cuando tenemos que cruzar la carretera o la calle y hemos olvidado las chancletas. Sin embargo cuando atravesamos la calle con ayuda de la sombra viva la temperatura es más baja, soportable y hasta resulta agradable andar descalzos.
En la ciudad hay zonas más calientes que en el campo que la rodea, con lo que se forman zonas de temperatura más alta sólo por la ausencia de vegetación, a esta zona más caliente que ocupa casi toda la ciudad y que mantiene la alta temperatura aún después de ponerse el Sol se le llama isla de calor.
Mientras más desprotegida de la radiación solar se halla la ciudad más energía tienen que gastar sus pobladores en refrescar el aire, en usar ventiladores y aparatos de aire acondicionado.
Los aparatos de aire acondicionado funcionan mejor cuando el aire que viene del exterior pasa por una zona en la que hay césped y sombra viva originada por la componente verde de la vegetación, que cuando viene por encima de una gran superficie asfaltada y trabajan muy mal cuando se alimentan con aire caliente, además su consumo es mucho mayor.
Cuando existe la sombra viva de los árboles es porque éstos están formando parte del paisaje, el aire se limpia con su presencia y los vecinos se benefician además con sus frutos.
Los árboles y la vegetación en general son seres vivos que aprovechan la energía solar, regulan su propia temperatura y emiten iones negativos que hacen al aire más respirable, a la vez que ayudan a eliminar la contaminación atmosférica. También propician que el agua se infiltra al subsuelo.
Cuando el árbol falta, la lluvia corre por las superficies asfaltadas y se escurre por el sistema de alcantarillado hasta los ríos o el mar, y no hacia el manto freático. Esto provoca que se deba buscar el agua cada vez más lejos y cada vez más profundo por lo que hay que emplear más energía, o sea, la energía que se podría utilizar en otra cosa.
Hay personas, abundantes por desgracia, que por ignorancia o mala intención derrochan la energía y se ocupan siempre de declararle la guerra a los árboles, de talarlos en lugar de podarlos, de levantarles calumnias al decir que en ellos viven insectos que atacan a la población, de eliminarlos cada vez que pueden, con el único objetivo de hacernos la vida más difícil y con una mayor dependencia de la producción tradicional de energía, que contamina y nos hace más dependientes de las importaciones.
Ellos promueven siempre el uso de sombras muertas, entre otras la de los techos hechos de metal o de asbesto cemento (fibrocem), sin ninguna protección por debajo y menos por arriba, para que se caliente bastante el interior y haya mucho frío en las noches de invierno. Estas personas se caracterizan por su odio al bienestar térmico, a la sombra viva de los árboles y al uso eficiente de la energía.
La costumbre de eliminar totalmente la vegetación cuando se van a construir nuevos asentamientos, fábricas y edificios además de ser rechazada por muchas personas y especialistas relacionados con la construcción y población en general, fue cuestionada en los años 80 del pasado siglo por los arquitectos y urbanistas que diseñaron un reparto de La Habana llamado “Las Arboledas”, en el que se mantuvieron casi todos los árboles del emplazamiento existentes con anterioridad y se aprovechó el relieve del terreno para ubicar los edificios, además de tener un diseño urbano dirigido al ser humano y amistoso con el medioambiente.
La sombra viva según recuerdan las persona de más edad cubría hace mucho tiempo los barrios de las ciudades, las calles de los repartos de las afueras y hasta la carretera central que atraviesa a todo lo largo nuestro país.
La proliferación de árboles adecuados para la sombra en las ciudades y otras áreas urbanas, como fábricas, hospitales e instalaciones deportivas, ayuda a bajar la temperatura, proteger del sol y brindar un aire más limpio. Incorporar la sombra viva al diseño de los espacios urbanos es una necesidad a la vez que una posibilidad al alcance de nuestra vida cotidiana.
Contrapuesta a la sombra viva que nos da confort debajo de los árboles y en áreas con mucha vegetación, está la sombra muerta, pero ese es tema de otra historia.
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Comentarios
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