La significación y vigencia de los “Versos Sencillos” de José Martí
14 de octubre de 2016
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Los Versos Sencillos fueron creados por José Martí en 1890, cuando se hallaba descansando en la zona montañosa de Catskill, en Estados Unidos de América, para reponerse de problemas de salud que confrontaba.
Precisamente en la introducción de estos poemas escribe: “Me echó el médico al monte; corrían arroyos, y se cerraban las nubes; escribí versos. A veces ruge el mar, y revienta la ola en la noche negra, contra las rocas del castillo ensangrentando; a veces susurra la abeja, merodeando entre las flores.”
Los Versos sencillos se publicaron en Nueva York en 1891. Martí explicó como fue posible conocerlos ya que señaló: “Se imprimen estos versos porque el afecto con que los acogieron, en una noche de poesía y amistad, algunas almas buenas, los ha hecho ya públicos. Y porque amo la sencillez, y creo en la necesidad de poner el sentimiento en formas llanas y sinceras.”
En total son 46 poemas y la inmensa mayoría están estructurados en cuartetas. Una gran parte de los Versos Sencillos son pequeños ya que trece están formados por dos cuartetas, otros nueve tienen tres y otros ocho cuentan con cuatro. El más extenso es el primero que tiene 18 cuartetas.
Varias son las temáticas de los Versos Sencillos. En esta obra Martí evoca ó refleja vivencias, detalla sus concepciones acerca del amor, la naturaleza, la patria, la familia.
Por ejemplo en el poema XXXI, expresa acerca de su hijo:
Para modelo de un Dios
El pintor lo envió a pedir:-
¡Para eso no! para ir,
Patria, a servirte los dos!
Bien estará en la pintura
El hijo que amo y bendigo:-
¡Mejor en la ceja oscura
Cara a cara al enemigo!
Es rubio, es fuerte, es garzón
De nobleza natural:
¡Hijo, por la luz natal!
¡Hijo, por el pabellón!
Vamos, pues, hijo viril:
Vamos los dos: si yo muero,
Me besas: si tú… ¡prefiero
Verte muerto a verte vil!
También la amistad fue otro de los temas tratados por Martí en los Versos Sencillos. Él expresó en uno de estos poemas:
Si dicen que del joyero
Tome la joya mejor
Tomo a un amigo sincero
Y pongo a un lado el amor
Y también aseguró:
Tiene el leopardo un abrigo
En su monte seco y pardo
Yo tengo más que el leopardo,
Porque tengo un buen amigo.
En esta singular obra poética pueden encontrarse los criterios de Martí sobre los desposeídos. Manifestó al respecto:
Con los pobres de la tierra
Quiero yo mi suerte echar:
El arroyo de la sierra
Me complace más que el mar.
E igualmente expresó cómo desearía morir:
Yo quiero salir del mundo
Por la puerta natural:
En un carro de hojas verdes
A morir me han de llevar.
No me pongan en lo oscuro
A morir como un traidor
¡Yo soy bueno, y como bueno
Moriré de cara al sol!
Y además planteó::
Yo quiero, cuando me muera,
Sin patria, pero sin amo,
Tener en mi losa un ramo
De flores, – ¡y una bandera!
También en estos Versos Sencillos detalla su concepción acerca de hacer el bien:
Yo que vivo, aunque me he muerto,
Soy un gran descubridor,
Porque anoche he descubierto
La medicina de amor
Cuando al paso de la cruz
El hombre morir resuelve,
Sale a hacer bien, lo hace, y vuelve
Como de un baño de luz.
El esplendor de la naturaleza no podía dejarse de hacerse sentir en esta obra poética. Hizo reiteradas alusiones a este tema, como por ejemplo, cuando afirmó:
Yo no puedo olvidar nunca
La mañanita de otoño
En que le salió un retoño
A la pobre rama trunca
En sus Versos Sencillos José Martí se refirió a familiares y también a vivencias significativas de su vida, entre ellas una relacionada con la etapa de su niñez cuando vivió en unión de su padre durante varios meses en Caimito de Hanábana y allí apreció las atrocidades que se cometían contra los negros esclavos.
Y como prueba de su sensibilidad y de cómo recordaba lo que había visto en ese territorio de la provincia de Matanzas cuando tan sólo tenía nueve años, él patentizó en la parte final de uno de los Versos Sencillos:
Un niño lo vio: tembló
De pasión por los que gimen:
¡Y, al pie del muerto, juró
Lavar con su vida el crimen!
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