La Plaza del Santo Cristo del Buen Viaje

1 de abril de 2016

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Zenaida Iglesias Sánchez

Calles: Lamparilla, Villegas, Teniente Rey, Bernaza

 

 

La plaza del Santo Cristo del Buen Viaje se formó por acuerdo del cabildo habanero en el año 1640, a un costado de la ermita del mismo nombre, que dio nombre a este espacio público. Surgió por motivo de la expansión urbana de la población. Aquí terminaba el recorrido por las estaciones del Vía Crucis, que todos los viernes de cuaresma recorrían la calle de la Amargura, saliendo desde el Convento de San Francisco.
Aquí se ubicó una caja de agua de la Zanja Real, primer acueducto de la ciudad, para el aprovisionamiento de los pobladores del lugar. Los solares fueron adquiridos por vecinos de respetada posición social en la ciudad. Los edificios se fueron transformando y evolucionaron con el tiempo, llegando a considerarse muy buenas construcciones en el siglo XVIII.
Entrado el siglo XIX en el espacio de la plaza se desarrolló el mercado, otorgándole a esta zona mayor realce. El mercado se destacó por el encanto bullanguero de sus pregoneros y vendedores, según testimonian fuentes históricas. La venta se hacía en casillas de maderas rústicas, pero esto cambió bajo el gobierno de Miguel de Tacón (1834-1838), cuando se construyó un edificio para tales fines, que ocupaba la totalidad del área libre de la plaza, con portal, galerías y arcadas. Este fue destruido en 1863 por un incendio.

 

 
Posteriormente se formó en su espacio el Parque Michelena, nombrado así en honor al gobernador civil don José María Michelena, diseñado con pequeños jardines, que prevaleció hasta el siglo XX. Hasta entonces el sitio mantuvo su ambiente colonial, con calles estrechas y adoquinadas, lo cual desapareció con la pavimentación del lugar durante la etapa republicana. La plaza y sus construcciones se fueron transformando, las más antiguas se sustituyeron por otras de moderna construcción. El estilo ecléctico se impuso, sustituyendo a los de siglos anteriores. El territorio se vio luego sumido en el abandono.

 

 
En la década del ‘80 se realizaron algunos trabajos de restauración en el área de la plaza, para mejorar su entorno. Se restituyó el mobiliario, el alumbrado y se recuperó la jardinería. Hasta aquí se trasladó el monumento al poeta cubano Gabriel de La Concepción Valdés, “Plácido”. También se respetó la circulación peatonal y de vehículos por medio de una isleta diferenciadora del tránsito hacia la calle Villegas, otorgándole mejor perspectiva a la iglesia, pero su aspecto degradado y el mal estado de los edificios se mantuvo vigente durante la década del ’90.

 

 

 
En la actualidad, han concluido los trabajos emprendidos hace dos años para la recuperación de la plaza del Santo Cristo del Buen Viaje, ejecutados por especialistas y obreros de la Oficina del Historiador junto a otras instituciones de gobierno. Se rediseñó el espacio abierto, dignificando su apariencia, con un toque de modernidad en el mobiliario tradicional. Ahora, los apasionados del ajedrez, encuentran mesas que recrean los tableros del juego-ciencia, para beneplácito de todos los habitantes de la ciudad.