La pacífica pasiflora

26 de diciembre de 2014

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Diana García García

Como su mismo nombre indica, la pasiflora es una planta que hace pensar en paz y sosiego. Denominada científicamente como Passiflora incarnata, y más conocida como pasiflora común, esta es una planta de tallos trepadores, perteneciente al grupo de las flores de la pasión, cuyo uso más conocido es el de sedante e inductor del sueño.
Por sus bondades terapéuticas como calmante, la pasiflora se utiliza para aliviar los problemas de insomnio, los malestares gastrointestinales relacionados con la ansiedad o el nerviosismo, para el trastorno generalizado de ansiedad y para aliviar los síntomas relacionados con el síndrome de abstinencia de medicamentos narcóticos.
También se reconoce su empleo en las convulsiones, la histeria, el asma, los síntomas de la menopausia, el trastorno de déficit de atención e hiperactividad en los niños, el nerviosismo y excitación, las palpitaciones, la arritmia, la hipertensión, la fibromialgia y como analgésico para aliviar el dolor.
Aplicada por vía tópica, la pasiflora se usa para las hemorroides, las quemaduras y el dolor y la hinchazón característicos de la inflamación.
Con fines terapéuticos se recomienda consumir la infusión de pasiflora en dosis de una taza de té, administrada tres veces al día. La infusión se prepara adicionando una cucharadita de hojas secas en una taza de agua hirviente y dejándola reposar de 10 a 15 minutos. Transcurrido ese tiempo se cuela y se endulza al gusto antes de beber.
La identidad de la pasiflora común o incarnata no debe nunca ser confundida con la especie Passiflora edulis, ya que esta última solo comparte con la pasiflora común una parte de su nombre, pero a diferencia de la incarnata, la edulis es una planta tóxica, especialmente cuando se prepara en decocción o cocimiento, por lo que no debe ser utilizada para el consumo humano.