La jardinería en el antiguo Egipto
7 de julio de 2017
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En África comenzó el origen de la humanidad, pero también fue uno de los lugares donde comenzó la jardinería, se sabe que en Egipto la jardinería cuenta con más de 5.000 años.
En Egipto, país de tierras negras (es un tipo de suelo negro rico en humus, entre 3 y 13%; además contiene potasio, fósforo y microelementos. Es uno de los más fértiles para la agricultura, puesto que no requiere fertilizantes), rodeado de desiertos, donde los árboles son escasos, el jardín es contemplado como un vergel donde las flores están cuidadas con la mayor atención.Toda la tierra fértil, recibe el agua gracias a una extensa red de diques y canales, constantemente renovados. Normalmente el jardín se sitúa en torno a un estanque cubierto de lotos y de papiros (planta acuática, muy común en el río Nilo, en Egipto, y en algunos lugares de la cuenca mediterránea, una hierba palustre de la familia de las ciperáceas, Cyperuspapyrus), y plantas heráldicas del Alto Egipto (zona sur del país, la que se extiende desde el sur de la antigua región de Menfis, cercana a El Cairo, hasta la primera catarata del río Nilo) y del Bajo Egipto (zona norte del país, y abarca desde el mar Mediterráneo hasta Dahshur, junto a Menfis, a 40 km al sur de El Cairo. Comprende la fértil región del Delta del Nilo).
Los faraones fueron, probablemente, los primeros en ordenar la construcción de los jardines. Ellos mismos aportaban las plantas exóticas que crecían en sus campos y que, después, cultivaban en los jardines de sus templos y palacios. La reina Maatkara-Hatshepsut de la XVIII dinastía hizo traer 31 árboles de incienso para adornar sus jardines y terrazas. Las plantas raras estaban de moda, se organizaban expediciones dedicadas, exclusivamente, a la búsqueda de las especies más exóticas y lejanas. Thutmosis III, hizo pintar, en los muros del templo de las Fiestas de Karnak, las numerosas plantas que había hecho traer de Asia.
Los faraones crearon enormes paseos adornados con plantas, hierbas y árboles frutales traídos de todas las regiones limítrofes.
Para los jardines particulares los paisajistas se inspiraban en los Oasis y los ríos con sus lotos y sus islas flotantes de papiros. Los primeros jardines individuales son, sin duda alguna, las construcciones privadas de los oasis artificiales. Más tarde, en estos jardines se construía, a menudo, una terraza y un estanque cuadrado o rectangular que se llenaba de plantas acuáticas, y en los que se ponían, casi siempre, estatuas y columnas. Las plantaciones evolucionaron y se alinearon a fin de facilitar el riego cuyas aguas proporcionaban los canales. Las plantas se cortaban y plantaban hábilmente, con el fin de que dieran sombra y fuera más productiva y más fácil la recogida de sus frutos. Por medio de las pinturas murales se sabe qué tipo de plantas se cultivaban en los jardines: viñedos, que tapizaban las pérgolas, sicomoros, duraznos, palmeras datileras, higueras, granados y tamarindos.
Los frutos, las flores, las plantas aromáticas y medicinales se utilizaban como ofrenda y como componentes de las pociones médicas.
Los jardines egipcios, simétricos y rígidos, dan una idea de la civilización egipcia, tan propios que no admitían influencias exteriores, ni siquiera de la cercana Mesopotamia y sus paraísos; estos jardines son las antípodas de los jardines asiáticos: que buscaban la armonía con el universo y el rechazo a la simetría, pero bueno, de estos jardines comentaremos en un próximo artículo.
Recordemos que… “la Naturaleza inspira, cura, consuela, fortalece y prepara para la virtud al hombre”. Solo hay un modo de que perdure: respetarla y servirla.
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