La hibernación, dormancia, diapausa, estivación, brumación… parecidos, pero no iguales (I)
21 de enero de 2022
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Existen animales que pasan los períodos fríos sumidos en un sopor o letargo más o menos profundo, ocurre en las mofetas, los tejones, que se sumen en un letargo profundo de hasta tres semanas si el clima se vuelve muy frío y las nieves muy espesas, pero no se les considera animales que hibernan verdaderamente, ¿por qué? porque el ritmo cardíaco no desciende extremadamente, como sí ocurre en la hibernación.
Por ejemplo, si nos encontramos en invierno una serpiente atontada seguramente diríamos que está hibernando. Sin embargo, estaríamos cometiendo un error entre conceptos, puesto que no todos los animales hibernan, ni todos los procesos relacionados con letargos o estados en los que los animales parecen adormilados se denominan como tal.
¿Qué es la hibernación y por qué algunos animales hibernan? La hibernación es la capacidad que poseen algunas especies de entrar en un estado de letargo prolongado para afrontar las frías condiciones climáticas del invierno, durante el cual disminuye la energía disponible en el medio ambiente. Dicho estado de letargo, que puede durar desde días hasta meses, se asemeja a un estado de hipotermia donde la temperatura del cuerpo desciende considerablemente. Lo que ocurre durante este proceso es que el metabolismo desciende a niveles muy bajos para conservar mejor la energía, la digestión se detiene. Los animales que hibernan no necesitan beber y prescinden de otras necesidades como orinar o defecar. Disminuyen también la frecuencia respiratoria y su temperatura corporal, de forma que el calor se concentra en los órganos vitales.
Para que el proceso de hibernación resulte exitoso, los animales que hibernan deben incrementar las reservas de grasas almacenadas en sus cuerpos durante los meses más cálidos, esto es necesario porque al salir del letargo, su peso habrá disminuido y estarán escasos de energía. Generalmente, cuando los animales se sumen en un estado de hibernación es difícil despertarlos, inclusive pueden ser hasta manipulados. Sin embargo, existen animales que se despiertan periódicamente para el consumo de las reservas alimenticias que han almacenado en sus respectivas madrigueras, esto ocurre entre las ardillas que almacenan frutos secos como bellotas que van consumiendo durante este periodo.
La hibernación ocurre principalmente en animales homeotermos o endotermos, es decir, en animales de “sangre caliente”.
Entre las aves, el chotacabras pachuca (Phalaenoptilus nuttallii), que habita en América del Norte y tiene hábitos nocturnos, hiberna en condiciones muy frías, y muy cálidas (estivación) o cuando escasea la comida. Además, en las ocasiones en las que se produce la hibernación aprovecha para la incubación de sus huevos.
El caso más típico de hibernación conocida en endotermos es la del oso pardo. El momento de entrar en hibernación depende de diversos factores como son la meteorología, la disponibilidad de alimento o de otras características individuales. Normalmente los machos, que permanecen mayor tiempo activos, salen primero de sus refugios, mientras que, en el caso de las osas preñadas, son las primeras en entrar en la hibernación y las últimas en salir de ella en compañía de sus crías. Esta es una de las razones por la que algunos autores consideran que no todas las especies de oso hibernan, puesto que las osas preñadas al dar a luz durante la hibernación deben de “despertarse” en algún momento para atender a sus cachorros en el parto.
Existen familias de osos que no hibernan o se sumen en una hibernación muy breve. En algunas ocasiones la hibernación puede ser más o menos rentable energéticamente. Hay osas con crías que, en inviernos suaves, pueden verse beneficiadas manteniéndose activas buscando alimento si éste es abundante. Este hecho depende de la cantidad de grasa que hayan acumulado de forma previa a la estación fría. Si llegan al invierno con bajas reservas en grasas (como hembras lactantes o juveniles en desarrollo) puede compensar mantenerse activos.
En los murciélagos, la hibernación aparece debida a dos factores: bajas temperaturas y escasez de presas (principalmente insectos). Su hibernación puede llegar a durar 183 días durante los cuales descienden su temperatura corporal y sufren cambios fisiológicos y metabólicos. También se pueden despertar del letargo cada 10 días, aproximadamente, para defecar, orinar o moverse a guaridas más seguras o adecuadas.
Los erizos comunes de Europa, Erinaceus europaeus, pueden hibernar desde semanas hasta meses según el clima. Además de hibernar, proceso durante el cual disminuyen su frecuencia cardíaca hasta un 90%, el erizo puede estivar si se encuentra en climas cálidos y secos.
Roedores tales como las ardillas, marmotas y perros de las praderas (pertenecientes a la familia Sciuridae) pueden hibernar durante el medio año más frío o estivar si el ambiente es cálido. Las ardillas acumulan nueces y frutos en sus refugios durante varias semanas previas al invierno. Por su parte, las marmotas pueden hibernar hasta siete meses, capacidad de la cual deriva la famosa expresión “dormir más que una marmota”. Otros roedores que también hibernan son los lirones, los hámsteres y los jerbos.
Además, hay algunos marsupiales que también hibernan, como las zarigüeyas, y algunos primates, como los lémures.
Sin embargo, existen diversas especies animales que se sumergen en estos estados de letargo, pero no todas bajo las características de la hibernación, a estos procesos se les llama dormancia. Pero muchos zoólogos y ecólogos consideran la hibernación un tipo de dormancia.
¿Qué es la dormancia? La dormancia o también la dormición es un período en el ciclo biológico de un organismo en el cual se produce una suspensión temporal de actividades propias de organismos como el crecimiento, desarrollo y la actividad física. El objetivo es que el organismo pueda conservar su energía reduciendo de forma drástica su actividad metabólica. La dormancia suele estar muy relacionada con las condiciones climáticas y ambientales del medio.
Se consideran tipos en la dormancia: la diapausa, la estivación y la brumación.
Diapausa: se trata de un proceso que se encuentra predeterminado de manera genética. Es muy común en los insectos, los cuales pueden suspender su desarrollo entre el invierno y la primavera. Sin embargo, existe otro caso, el del ciervo rojo europeo (Cervus elaphus), el cual presenta diapausa embrionaria. Esto quiere decir que el momento en el que el embrión se implanta en el útero se retrasa hasta que las condiciones para el nacimiento de la cría sean favorables, por ejemplo, durante la primavera.
Por lo tanto, la diapausa ocurre durante un estado del desarrollo predeterminado genéticamente. Su expresión completa sigue un patrón específico para cada especie, generalmente en respuesta a estímulos ambientales que preceden a las condiciones desfavorables. Una vez iniciada la diapausa se suprimen las actividades metabólicas aun cuando las condiciones ambientales favorables continúen. Los niveles de actividad durante los estadios de diapausa pueden variar mucho según las especies. La diapausa puede ocurrir en un estadio de inactividad completa como en la pupa o el huevo o en estadios muy activos capaces de efectuar migraciones considerables, tales como la mariposa monarca, Danaus plexippus. En casos en que el insecto permanece activo, la alimentación se reduce y el desarrollo reproductivo cesa o disminuye considerablemente. A menudo la diapausa termina antes del final de las condiciones desfavorables y es seguida por un estado de reposo o quiescencia del cual el insecto puede surgir y retomar su desarrollo si las condiciones se vuelven favorables. Esto le permite resistir condiciones duras y al mismo tiempo estar listo para aprovechar las condiciones favorables en cuanto aparezcan.
Diapausa tropical. La diapausa en los trópicos ocurre más bien en respuesta a factores bióticos que abióticos. Por ejemplo el alimento en forma de cadáveres de vertebrados puede ser más abundante durante la estación seca; los lugares para oviposición como árboles derribados pueden ser más abundantes durante la estación lluviosa, o bien la diapausa puede servir para coordinar la estación del apareamiento o reducir la competición. En los trópicos, todos o algunos de estos factores son más significativos que la evasión de las condiciones climáticas desfavorables para dictar cuando ocurre la diapausa. La diapausa en los trópicos presenta varios problemas no encontrados por los insectos de las zonas templadas cuya diapausa tiene lugar en invierno. El riesgo de deshidratación es mayor para el insecto en diapausa en un clima cálido que durante una estación fría. Igualmente los depredadores, parásitos, hongos y bacterias son más activos cuando no hace frío y el insecto en diapausa es más vulnerable a estos. En los insectos tropicales es común la formación de agregaciones o colonias, especialmente en los órdenes Coleoptera, Lepidoptera y Hemiptera. Las agregaciones de individuos de especies tóxicas pueden servir para reducir la depredación. También pueden servir para reducir la deshidratación, como ocurre en el escarabajo Stenotarsus rotundus, que forma grupos de hasta 70 000 individuos, en pilas de un espesor de hasta ocho individuos. La humedad relativa aumenta y la proporción de superficie externa a masa total de la agregación es menor ayudando a reducir la evaporación del agua.
Recordemos que… “La naturaleza inspira, cura, consuela, fortalece y prepara para la virtud al hombre”. Solo hay un modo de que ella perdure: respetarla y servirle.
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