La gravedad (IV). Los efectos duraderos de la ingravidez
15 de enero de 2018
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Cuando el peligro parece ligero, deja de ser ligero.
Sir Francis Bacon
Hay efectos de la ingravidez que traen complicaciones o cambios en los sistemas físicos y biológicos que resultan de interés para quienes van a permanecer mucho tiempo en el espacio, como los vuelos a otros planetas, las estancias prolongadas en las estaciones orbitales y también de alguna forma en los asentamientos que se puedan establecer en la Luna y los asteroides.
El estado alcanzado en condiciones de ingravidez recibe también el nombre de microgravedad, pues se han experimentado efectos gravitacionales diferentes de cero aunque muy pequeños y solo perceptibles con instrumentos muy precisos.
Entre los efectos más notables se encuentran la disminución de la masa muscular, que se nota principalmente en la espalda, piernas y cuello, así como la descalcificación de los huesos. Este último es un fenómeno que aparece aun en estancias cortas pero se agrava con el tiempo. Se pierden minerales en los huesos en una proporción de 1 a 3% al mes
Piernas, pelvis y columna se hacen quebradizas; en 4 meses se pierde 12% de los minerales en la pelvis. A las pocas semanas de permanecer en la ingravidez se presenta osteoporosis
Falla la señal para la evacuación de los intestinos y la vejiga, aparece una consecuente intoxicación, por la pérdida del ritmo diario de evacuación de los desechos orgánicos que además resulta incompleta.
El corazón del astronauta en la órbita, al tener que bombear menos sangre, se encoge y late de manera irregular. La presión arterial cae según la sangre sube a la cabeza y pierde la capacidad de transportar oxígeno, la capacidad aeróbica, para correr, cae aproximadamente en 60% en 4 meses.
Hay dispositivos que se han concebido como soluciones a la asimetría en la distribución de la sangre en el cuerpo, usando la contrapresión, efecto producido por trajes ajustados para obligar a la sangre a acumularse en partes específicas del cuerpo o simular la mayor presión sanguínea en las piernas, como ocurre al estar en tierra, pero se ha encontrado, después de muchos años de experimentación con cosmonautas y astronautas, que a la larga han sido contraproducentes o fallidas.
Se estudian los efectos de la ingravidez no solo a nivel macro sino también escala molecular y de los tejidos y se ha encontrado que el sistema inmunológico se deteriora.
La recuperación de estos efectos, que son en general reversibles, demora más tiempo mientras más prolongada ha sido la permanencia en el espacio, hasta que se sobrepasa un nivel de umbral en el que no es posible la recuperación, según se ha encontrado en animales y en algunas personas que permanecieron mucho tiempo en la órbita .
Se debe tener un entrenamiento riguroso que permita al cuerpo soportar grandes cargas físicas desde antes de subir a la órbita y no se debe descuidar la realización sistemática de ejercicios desde el primer día de estancia en la ingravidez, existen experiencias de astronautas que tuvieron una carga inferior a la necesaria por disponerse de pocas instalaciones para los ejercicios y sufrieron dolencias durante mucho tiempo después del viaje.
Existen muchos efectos colaterales como el de desorientación. Se debe confiar más en la visión que en el oído interno que nos da el sentido de la verticalidad y al regreso se debe invertir la atención para la orientación adecuada, esto se logra con un entrenamiento.
El récord de permanencia en el espacio lo tiene el médico y cosmonauta ruso Valeri Vladímirovich Poliakov, quien estuvo a bordo de la estación espacial MIR, de forma continua durante 14 meses (438 días), mientras que su estancia total en el espacio sumando todos sus viajes es de 22 meses
El cosmonauta Poliakov con su record de estancia en la ingravidez ha demostrado que se puede sobrevivir, otros también lo han hecho durante mucho tiempo, pero se deben realizar ejercicios intensos, alrededor de 4 horas al día, en estos casos se requiere de otros factores como la disciplina y la motivación. y si solo se hicieran ejercicios, sin una contraparte de motivación psicológica el cuerpo se deterioraría notablemente en semanas. El astronauta Norman Thagard se convirtió en el primer estadounidense en viajar con los rusos en la estación MIR donde realizó una permanencia prolongada y convivió durante un tiempo con Poliakov intercambiando experiencias, entre otras cosas, sobre los efectos de la ingravidez y de cómo soportarla, pero a él no le fue tan bien como al ruso, por deficiencias en su entrenamiento y no haber ejercitado intensamente desde los primeros momentos de su llegada a la MIR.
En 1994 Yelena Kondakova se convirtió en la primera rusa enviada al espacio desde 1982. permaneció en la Mir unos ocho meses para el estudio del efecto de la microgravedad en la mujer.
Una permanencia prolongada en condiciones de ingravidez disminuyen la capacidad de trabajo, la capacidad aeróbica, y el flujo sanguíneo; el corazón reduce su volumen y baja la respuesta inmunológica del organismo, esto afecta notablemente a las exigencias del vuelo espacial a otros planetas donde los seres humanos se deben enfrentar a cargas físicas y psicológicas no acostumbradas, los efectos de la reentrada a un campo gravitacional y las sobrecargas al regreso.
Una permanencia prolongada en la ingravidez puede afectar a las posibilidades reproductivas de los humanos, por eso se han hecho también investigaciones acerca de su efecto sobre el cuerpo de las mujeres.
Hay otros factores presentes además de la ingravidez, como son la radiación, los cambios de temperatura, que no son ni en el mismo rango ni con la misma periodicidad que en la Tierra, y la calidad del aire, ya que se respira un aire reciclado, que necesita ser purificado ya sea por un control ecológico, plantas, filtros o cambiarlo periódicamente con aire proveniente de la tierra.
Acerca de las condiciones y riesgos sobre el cuerpo humano que se deben enfrentar en un futuro viaje a Marte trataré en la próxima sección.
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