La expedición de Gibara
21 de mayo de 2018
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Muchos fueron los movimientos revolucionarios contra las arbitrariedades del gobierno de Gerardo Machado (1925-1933), pero en más importante fue el de la expedición de Gibara, ocurrida el 17 de agosto de 1931.
Se había creado la Junta Revolucionaria de La Habana y el Comité Revolucionario de Nueva York, y de este último lugar partió el 12 de Agosto de 1931 el buque Ilse Wormauer con 37 combatientes, numerosas armas, entre ellas una ametralladora antiaérea y abundante parque para los revolucionarios que los esperaban y los que se sumaran.
En la mañana del 17 llegaron a Gibara, ciudad portuaria situada a 17 kilómetros al norte de Holguín, con 30 700 habitantes y una extensión de 922 kilómetros cuadrados. El desembarco fue sin apenas resistencia, solo la muerte de un soldado gubernamental. Venían al frente de la expedición Carlos Hevia, Emilio Laurent y el periodista Sergio Carbó, el único sin instrucción militar.
De inmediato tomaron las estaciones de trenes, teléfonos y telegrafía, así como los accesos a la ciudad y entregaron fusiles a medio centenar de gibarenses que se sumaron, pero ninguno sabía cómo usarlos. Los expedicionarios pensaban que los esperaban gran cantidad de sublevados, ya que el día ocho había ocurrido conatos contra el gobierno en varios puntos del país, pero el gobierno los abortó.
Por la noche llegaron algunos refuerzos al mando del coronel del Ejército Libertador Lico Galán para apoyarlos, a los que entregaron armas y municiones.
Al siguiente día llegó un escuadrón de la guardia rural de Holguín e inmediatamente después unidades de infantería, artillería y caballería de las unidades cercanas. Hubo regimientos del ejército en el país que mantuvieron en sus cuarteles solo la banda de música como guarnición, y los demás efectivos fueron mandados a Gibara. También el buque Patria de la Marina de Guerra y aviones corsarios de la aviación gubernamental al mando del capitán Torres Menier. Quedaba Gibara bajo el fuego terretre, marítimo y aéreo. Emilio Laurent, con su ametralladora antiaérea derrumbó tres aviones enemigos.
La situación de los expedicionarios era insostenible, de veinte a uno, con superior armamento e instrucción militar. Los revolucionarios se dividieron en tres opiniones, romper el cerco y dirigirse a Holguín, irse para las lomas o mantenerse en Gibara, y la disciplina era atroz.
El 19 tuvieron que rendirse ante las muy superiores fuerzas gubernamentales. Tuvieron tres muertos, 25 heridos y tres asesinados. El 27 llegan a La Habana y son internados en la prisión militar de La Cabaña. Si la expedición de Gibara fue un fracaso militar, sirvió como detonante y catalizador de posteriores movimientos revolucionarios.
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