La efervescencia en los medicamentos

2 de septiembre de 2016

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Diana García García

 

 

El proceso químico por el cual un ácido y una base reaccionan, dando lugar al desprendimiento de un gas en medio líquido, se conoce como efervescencia.
Esta reacción ha sido incorporada de manera industrial en la fabricación de distintos productos. Unos muy difundidos son las bebidas carbonatadas, en las que el gas que se escapa del líquido es el dióxido de carbono. Las burbujas que caracterizan a estas bebidas son producidas por la efervescencia del gas disuelto, que por sí mismo no sería visible.
Sin embargo, no solo la industria alimentaria ha incorporado la efervescencia en los productos que fabrica. También la industria farmacéutica se ha beneficiado de ella, de ahí que en la actualidad existan numerosas especialidades farmacéuticas efervescentes cuya propia biodisponibilidad utiliza esta reacción química como eje del mecanismo de entrega del principio activo.
Un claro ejemplo son los comprimidos efervescentes, los cuales en lugar de ser recubiertos como otros comprimidos convencionales, tienen en su composición sustancias de carácter ácido como el ácido cítrico y básico como el bicarbonato de sodio. Estas sustancias, en contacto con el agua, originan anhídrido carbónico, el cual gradualmente va descomponiendo la masa del comprimido, provocando así la liberación del fármaco.
Cabe decir además que las presentaciones efervescentes tienen también la ventaja de enmascarar los malos sabores. Por esta causa se suelen emplear en la formulación de principios activos amargos que se administran por vía oral como los analgésicos, los antigripales y las sales de calcio y potasio.
Pese a los probados beneficios de estos preparados, existe una precaución fundamental que es necesario tener en cuenta cuando se utilizan medicamentos de este tipo, de la que depende la propia efectividad del medicamento. Antes de administrar un comprimido efervescente es preciso esperar por su completa disolución, ya que solo así se puede garantizar la administración de la totalidad de la dosis del principio activo que contiene.
En el mercado farmacéutico han venido apareciendo progresivamente presentaciones efervescentes de diferentes medicamentos. La buena aceptabilidad de estas formas farmacéuticas, derivada tanto de la facilidad de administración de un preparado líquido en lugar de una tableta, así como el mejoramiento de las restantes cualidades del producto, especialmente la apariencia de una bebida refrescante de agradable sabor, hacen que muchos pacientes prefieran estas presentaciones en lugar de las que se usan tradicionalmente.
No obstante, considerando que la efervescencia está directamente relacionada con el contenido en bicarbonato de sodio de estos preparados y que generalmente este no aparece indicado en el material de envase de los medicamentos, se debe tener presente el riesgo que esto representa en pacientes para los que la ingestión de un alto contenido de sales constituye una contraindicación, como por ejemplo los que padecen de hipertensión. Es por ellos que tanto el médico, como el farmacéutico en caso de ser consultado, deben aconsejar debidamente al paciente y darle las instrucciones necesarias para el uso seguro de los medicamentos efervescentes.