La carpa también llamada como el “cerdo del agua”
27 de septiembre de 2017
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La carpa no se revuelca en el fango. Tampoco está tumbada perezosamente, como erróneamente se piensa. La carpa es diligente y nada de aquí para allá sin descanso detrás de cada bocado. Como la langosta, se vuelve roja al darle un hervor, las doradas escamas de la carpa cambian de color por el efecto del agua caliente. Cuando un repostero vienés, propietario del Hotel Sacher y creador de la tarta Sacher para el príncipe Metternich, inventó también en el año 1832 la técnica de empanar, empezaron a vestir las carpas con harina, huevo y pan rallado.
En Trebon, en el sur de Bohemia, es la patria de la carpa checa. El fondo arenoso en el que el pez se zambulle le aporta su incomparable sabor.
Las carpas son una presa fácil. En las aguas salobres de las riberas se pueden capturar sin esfuerzo. En Centroeuropa, este pescado se encuentra entre los “animales domésticos” más antiguos.
Carpa empanada
Ingredientes:
500g de carpa
Sal
Harina
1 huevo batido
Pan rallado
1 limón
Rábano picante
Procedimientos:
Dividir la carpa en porciones y salar ligeramente. Enharinar primero, después pasar por huevo y por último con el pan rallado. Freír los trozos de carpa en abundante a ceite.Reservar sobre papel absorbente. Cortar el limón en rodajas y poner una cucharadita de rábano picante sobre cada rodaja. Disponerlas sobre los trozos de carpa.
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