La calle Monserrate
27 de mayo de 2016
|Centro Histórico. La Habana Vieja
La calle Monserrate está considerada una de las principales vías de comunicación de la Habana Vieja. Se le reconoce como prolongación o continuación de la calle Egido, por lo que recorre la ciudad de un extremo a otro; a ambas se les denominó Avenida de Bélgica, pero, como sucede con el conjunto de calles que conforman el entramado urbano citadino, los nombres antiguos han prevalecido en la memoria de los habitantes, imponiéndose sobre los modernos. El tramo que corre próximo al antiguo Palacio Presidencial se llama Avenida de las Misiones. Por lo que, si seguimos su recorrido, desde la antigua Estación de Ferrocarriles hasta el monumento del Mayor General Máximo Gómez, es en la actualidad una de las calles que más nombres delimita su recorrido.
Tomó su denominación de la ermita de Monserrate, que se fundó a finales del siglo XVII en la plazoleta del mismo nombre, junto a la puerta de la muralla que también se llamó igual, en los terrenos próximos a la plazuela de Albear en la actualidad, donde perduró hasta 1836, cuando se transformó la zona con el aumento de la población, abriéndose la puerta de Monserrate en la muralla que protegía la ciudad. El historiador José María de la Torre define su recorrido desde la Puerta de La Punta de la referida fortaleza, hasta la calle Muralla.
El derribo de la muralla comenzó en 1863 y dos años más tarde se rediseñaron las nuevas vías que cruzarían las nuevas zonas urbanizadas y las paralelas al Paseo del Prado, la propia Monserrate y la de Zulueta.
Entrado el siglo XX la calle se ensanchó y nuevas construcciones jerarquizaron su recorrido. Al caminarla, la impronta de los años marcan su antigüedad, de ahí que conserve exponente de todas las épocas, tal es el caso de la iglesia del Santo Ángel Custodio reconstruida en el siglo XIX, cuya historia está permeada de leyendas y tradiciones; en el otrora Reparto de Las Murallas el antiguo Palacio Presidencial, hoy Museo de la Revolución se construyó en 1920; la sede de la Sociedad Cubana de Ingenieros del año 1932, hoy acoge a la Sociedad Canaria; también el moderno edificio del Museo Nacional de Bellas Artes construido en 1954, a pocos pasos del máximo exponente del Art-Decó, el edificio Bacardí, para llegar a la plazuela de Albear rodeada en sus inmediaciones de los emblemáticos edificios del antiguo Centro Asturiano, la Manzana de Gómez, y el Bar Floridita de fama mundial, para alcanzar la plazuela de las Ursulinas, desde donde arranca la calle Egido hasta el edificio de la estación de trenes, hoy en restauración.
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