La calle Amargura
23 de agosto de 2021
|Centro Histórico. Habana Vieja.
Para muchos historiadores, la calle Amargura es un eje místico dentro del entramado urbano de la antigua ciudad y se debe esto a su antigua historia, vinculada directamente, con la tradición religiosa arraiga en la población desde los tiempos de la colonia. A todo lo largo de su recorrido, se realizaba la procesión del Vía Crucis, cada viernes en Semana Santa. La procesión penitencial estaba presidida por la imagen del Cristo del Perdón y de la Buena Muerte, deteniéndose en cada estación, frente a las cruces que había colocadas a lo largo de toda la vía.
Desde 1608 salía de la Tercera Orden de San Francisco el recorrido, desde la plaza de San Francisco de Asís, hasta la del Santo Cristo del Buen Viaje, frente al templo. Por lo que la extensión de la vía quedó trazada de Este a Oeste.
En esta calle existieron cruces para cada estación del calvario desde el siglo XVII al XIX. La esquina de Amargura y Mercaderes se llamó siempre de la Cruz Verde, por la que existió desde entonces allí y es hoy en día la única que se conserva y ha perdurado en el tiempo como huella de esta tradición. En 1807 se celebró por última vez dicho acto religioso. Desde entonces comenzaron a quitarse todas las cruces que había en esta calle, quedando la antes mencionada.
Cabe destacar que a través del tiempo la calle tuvo diferentes denominaciones, vinculadas todas a esta costumbre religiosa: de las Cruces, del Calvario, de la Cruz Verde y de San Agustín, por la iglesia y convento de este nombre -hoy San Francisco el nuevo.
Existió en Amargura y Cuba la sede de la Academia de la Historia de Cuba, fundada en 1910. En Amargura y Compostela estuvo la biblioteca de la Sociedad Económica amigos del País, fundada en 1793, donde mismo radicaba la escuela “Hoyos y Junco”, de la que fue profesor Rubén Martínez Villena; en un piso del propio edificio –señalado hoy con el número 302– vivió la familia del joven revolucionario y allí se celebraron las primeras reuniones que dio origen en 1923 a la “Protesta de los 13”.
Valiosos exponentes de la arquitectura habanera se encuentran en su recorrido, podemos citar al comienzo de la vía, la antigua mansión de los Marqueses de San Felipe y Santiago (hoy hotel Marqueses de San Felipe y Santiago); la antigua Casa Aguilera (hoy Museo de la Cerámica); la referida casa de la Cruz Verde (hoy Museo del Chocolate y viviendas); la casa de Francisco de Arango y Parreño (Oficinas del Historiador de la Ciudad); el otrora edificio de “Loriente y Hermanos” (hoy hotel Raquel), entre otros. Sin pasar por alto el proceso de rehabilitación de la vía en el tramo que corre entre Oficios y San Ignacio y sus antiguas accesorias comerciales, donde sobresalen en la actualidad, la librería Boloña, la tienda El Abanico, la tienda de la miel La Colena, la florería Las Carolinas y la tienda Bethania, para mascotas.
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