La alondra ricotí y su canto, ¿indicador de su vulnerabilidad?
23 de mayo de 2014
| “Los machos de poblaciones
de aves amenazadas por
la extinción tienen
un trinar más pobre”.
La alondra ricotí o de Dupont, también llamado rocín (Chersophilus duponti) es una especie de ave paseriforme y es la única especie del género Chersophilus. Llamado el pájaro más esquivo de los paisajes esteparios, tiene un plumaje críptico. Allí en las estepas con vegetación escasa de tomillo -una especie de planta muy común que se emplea como condimento y como planta medicinal-, y albardín – una gramínea de gran valor ecológico como protector del suelo-, se alimenta de insectos y semillas.
Si queremos ver a esta huidiza ave, tendremos que adentrarnos en el Valle del Ebro, o en los páramos del Sistema Ibérico, en La Mancha, Almería y el norte de África, concretamente en el Maghreb (la parte más occidental del mundo árabe).
En el año 2000 se censó su población en menos de 2 000 parejas en toda España. De manera que presenta grandes problemas de conservación que están dados por el avance de los invernaderos y las canteras, la sustitución de su hábitat por regadíos y nuevos cultivos, entre otras causas.
El peligro en que se halla esta ave dio lugar a que se hiciera un estudio por parte del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España sobre el canto de esta alondra.
Investigadores de la Estación Biológica de Doñana, perteneciente al CSIC, analizaron durante cuatro años la complejidad del canto de los individuos de esta especie de alondra en las estepas del Valle del Ebro. Estos expertos hallaron una asociación entre la diversidad del trino de los machos, entendida como número de frases distintas, y la viabilidad de las poblaciones (calculada con índices como la tasa de crecimiento anual, su persistencia en el tiempo, Etc.)
Los machos de esta amenazada ave presentaban un canto más sencillo, caracterizado por un repertorio más pobre. Aseguraron los investigadores que la diversidad del canto se correlaciona con dos parámetros claves en la viabilidad de las poblaciones que son: el tamaño poblacional y la productividad o proporción de juveniles por año.
La unidad de canto de la alondra ricotí se compone de hasta 12 secuencias diferenciadas o frases, cada una formada por un máximo de 13 notas. En las poblaciones más amenazadas conformadas por núcleos pequeños de individuos, los machos cantan un máximo de tres o cuatro frases, al no tener las crías un número suficiente de machos adultos a los que imitar.
Sólo se había demostrado la relación entre el canto y la calidad del individuo, en un contexto de selección sexual en el que los machos mostraban a las hembras y a los otros machos su aptitud individual. Ahora se pone de manifiesto que el canto puede constituir también un bioindicador de la calidad de las poblaciones.
Los investigadores proponen grabar los sonidos en la temporada de cría de las aves y luego, el análisis de la diversidad del canto puede servir para el estudio y la conservación de especies amenazadas.
Concluyen los ornitólogos que el canto de las aves puede ser un indicador de la viabilidad de las poblaciones de estos animales y podría constituir una señal precoz de su vulnerabilidad.
Recordemos que…”la Naturaleza inspira, cura, consuela, fortalece y prepara para la virtud al hombre”. Sólo hay un modo de que perdure: respetarla y servirla.
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