José Miró Argenter

18 de abril de 2014

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Leonardo Depestre Catony

Tan integrado estuvo el quehacer vital del periodista, escritor y combatiente del Ejército Libertador José Miró Argenter a Cuba, que a veces nos olvidamos de que fue español y a Cuba no llegó sino en 1874, cuando tenía 23 años.
Él es autor de un libro de necesaria lectura para el mejor conocimiento de la campaña libertadora de la Invasión y además, sincero homenaje al mayor general  Antonio Maceo, el Titán de Bronce: Crónicas del Guerra, “escritas —como explica el autor— en el teatro de los acontecimientos; algunas al pie de las fogatas del vivac, en la cruzada del invierno; otras, al abrigo del follaje de los caminos, durante los altos en las marchas; a veces, abriendo el fuego los puestos avanzados y sonando las últimas descargas de la refriega”. El libro, cuyo primer tomo apareció en Santiago de Cuba en 1900, se publicó íntegramente en sus tres volúmenes en 1909.
Nacido en la villa de Sitges, Cataluña, el 4 de marzo de 1851, José Miró Argenter hizo el bachillerato y dos años de Medicina en Barcelona, para arribar a Cuba en 1874 y establecerse poco después en Manzanillo. En Cuba vivió Miró la enorme decepción que para los independentistas significó el Pacto del Zanjón.
Aunque peninsular, no es de los que tiran de la carreta del colonialismo, ni tampoco de los que la siguen. Cultiva el periodismo y para sorpresa de unos cuantos, su pluma exhibe perfiles patrióticos. Un artículo suyo llega a ocasionarle, en 1884, un primer contratiempo con las autoridades: por asumir la defensa de un negro se le destierra de Santiago por tres años y medio.
Entonces se establece en Holguín, ciudad igualmente oriental, pero de la costa norte. Desde allí inicia la publicación, como director, del periódico La Doctrina, de tendencia autonomista. En 1890 se va hasta Santiago para dialogar con un visitante al cual el gobierno mantiene bajo constante vigilancia durante su breve estancia: se trata de Antonio Maceo. El encuentro afianza en Miró la admiración por Maceo.
Figura entre los que ultiman los detalles del levantamiento del 24 de febrero de 1895. La guerra la hace al lado del general Antonio Maceo. Con el grado de general y Jefe de Estado Mayor de la Columna Invasora está presente desde la salida de la Invasión hacia Occidente. Se bate en cada acción de las muchas de la campaña. Gana las estrellas de general de división.
Miró Argenter es también autor de una novela, de un drama en tres actos y perteneció a la Academia de la Historia de Cuba. Desempeñó hasta su muerte el 2 de mayo de 1925, la jefatura del Archivo del Ejército Libertador.