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José Martí y sus vivencias en Guatemala

14 de abril de 2017

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Monumento de José Martí en Guatemala

Monumento del peregrino humilde como se autodifinió el Apóstol ubicado en La Plaza Jardín José Martí, en la Avenida de las Américas de Guatemala

 

Entre 1877 y mediados de 1878 José Martí vivió en Guatemala. Fue el segundo país de América donde residió por un tiempo, más allá de Cuba, su tierra natal. Con antelación, entre 1875 y 1876 había permanecido en unión de sus padres y hermanas en México. Sin embargo, en Guatemala el joven Martí tuvo varias vivencias muy significativas, entre ellas la de haber ejercido la profesión de maestro.

En este territorio centroamericano impartió clases de literatura en la Escuela Normal que dirigía el cubano José Maria Izaguirre, y después fue nombrado catedrático de literatura y de historia de la filosofía en la universidad. Pero también en este país desarrolló una importante labor como creador y como periodista. Por ejemplo escribió una obra teatral titulada “Patria y Libertad”, un drama indio que fue representado en la Escuela Normal el 21 de abril de 1877.

Al mes siguiente Martí ingresó en la Sociedad Literaria El Porvenir, en la que fue electo vicepresidente el 25 de julio. En dicha institución pronunció un discurso en la velada conmemorativa que se organizó por el aniversario de la fundación de Guatemala.

El 27 de noviembre publicó en el periódico El Progreso una carta en la que destacó el valor que le concedía comunicarse con los demás a través de las palabras. Entonces aseveró: “Amo la polémica viva, la juventud naciente, los esfuerzos literarios, y por temor de parecer intruso, he rehuido los amenos centros donde los jóvenes hablan, y las grandezas futuras se prometen.”

Y más adelante, expuso: “Amo la tribuna, la amo ardientemente, no como expresión presuntuosa de una locuacidad inútil, sino como una especie de apostolado, tenaz, humilde y amoroso, donde la cantidad de canas que coronan la cabeza no es la medida de la cantidad de amor que mueve el corazón”.

En diciembre de 1877 se ausentó Martí durante varios días de Guatemala, pues había viajado a México para casarse con la cubana Carmen Zayas Bazán. Poco tiempo después de haber retornado a Guatemala, se publicó en El Porvenir un artículo suyo titulado “Poesía dramática americana”, en el que realizó un llamado a buscar inspiración de los autores en la historia americana.

En ese trabajo afirma: “Aquí, en mi madre América, la Hermosura besa en la mejilla a cada mujer que nace; la Poesía besa en el corazón a cada hombre. El indómito gaucho canta su rencoroso cielito; el tapatío mexicano, su pintoresco jarabe; su punto enamorado, el guajiro de Cuba. Y más que las sombrías arboledas europeas, que abre a la caza el clásico día de San Huberto, hablan al alma las selvas bravas, junto al río; los palmares tupidos, junto al monte. La fantasía, virgen desnuda, tiene en América el casto seno henchido.”

En marzo del siguiente año se editó en México un folleto suyo con el nombre de Guatemala.

En su parte inicial Martí patentizó un concepto que pone de relieve su sensibilidad: “¿Por qué escribo este libro? Cuando nací, la naturaleza me dijo: ¡ama! y mi corazón dijo: ¡agradece! Y desde entonces yo amo al bueno y al malo, hago religión de la lealtad y abrazo a cuantos me hacen bien.”

Fue en dicho trabajo en el que José Martí evocó su llegada a Guatemala, y lo que había significado para él ejercer allí como maestro. Específicamente manifestó: “Yo llegué, meses hace, a un pueblo hermoso; llegué pobre, desconocido, fiero y triste. Sin perturbar mi decoro, sin doblegar mi fiereza, el pueblo aquel, sincero y generoso, ha dado abrigo al peregrino humilde.

“Lo hizo maestro, que es hacerlo creador. Me ha tendido la mano y yo la estrecho. Guatemala es una tierra hospitalaria, rica y franca: he de decirlo”.

No resultó muy extensa la labor inicial de Martí como maestro, pero tampoco fue por qué no le interesara, sino por una cuestión de principios.

El 6 de abril de 1878 él renunció como catedrático de la Escuela Normal Central de Guatemala en solidaridad con el director del centro, el cubano José Maria Izaguirre, quién había sido arbitrariamente depuesto por el presidente del país.

Varios meses después, el 27 de julio, abandonó Guatemala junto a su esposa. Partió vía Honduras hacia Cuba.

José Martí se sintió impresionado por las características de Guatemala desde el punto de vista geográfico y también comentó sobre cómo se sintió en este país centroamericano donde vivió por espacio de algo más de un año. Específicamente en el folleto que escribió sobre Guatemala y en otros trabajos trató en relación con dicho país.

En un trabajo titulado La América Central afirmó: “Guatemala es una de esas regiones benditas, -hechas como para aplacar la ardiente sed de los hijos de los países viejos, -y para comprobar la perpetua frescura y la generosidad maternal de la Naturaleza.”

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