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José Martí y sus apreciaciones acerca de las mujeres

14 de marzo de 2014

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En  diversos trabajos periodísticos e igualmente en obras poéticas José Martí fue reflejando lo que experimentó por las mujeres, tanto por su querida madre, hermanas y esposa, así como por otras féminas con las que mantuvo una gran amistad.
Precisamente en un trabajo publicado en “Patria” el 29 de abril de 1893, titulado  Los cubanos de Filadelfia, señaló al resumir la trascendencia que le atribuía a la presencia de la mujer en cualquier obra humana que nada perdura sin la gracia de la mujer, de instinto, divisa la verdad, y la precede.

De izquierda a derecha: José Martí, José Francisco Martí y Carmen Zayas Bazán.

De izquierda a derecha: José Martí, José Francisco Martí y Carmen Zayas Bazán.

En el trabajo citado  él reseñó la exitosa visita que había realizado como Delegado del Partido Revolucionario Cubano a la ciudad de Filadelfia en los Estados Unidos, donde había sostenido un encuentro con los  cubanos residentes en esa zona  del territorio norteamericano.
Para festejar la importante visita del Delegado del Partido Revolucionario, los cubanos que vivían en Filadelfia crearon un club patriótico que estaba conformado por mujeres.
Martí detalló la emoción que recibió al conocer tal noticia al exponer: “Y de seguro no hubo para el Delegado premio mayor a los trabajos del día, que la reunión en la casa bullente, donde para las funciones sociales de nuestro ideal, y para el tesón y la fe en que la mujer nos aventaje, quedó fundado el Club de nuestras mujeres.”
En varias oportunidades Martí resaltó además lo que significaba la presencia de una mujer atendiendo a sus características y sensibilidad.
Cito al respecto lo  patentizado por él en un trabajo publicado en La Opinión Nacional de Caracas, el 21 de enero de 1882. En la sección Constante manifestó que la ternura y la paciencia de la mujer alcanzan lo que no consigue fácilmente el espíritu del hombre, áspero y seco, contra su voluntad a veces, y devorado por ansias e inquietudes que le privan de la evangélica bondad que en la mujer abunda.
Si hiciera falta otro ejemplo para comprobar la trascendencia que le atribuyó Martí al papel de la mujer, basta recordar otro fragmento de uno de sus trabajos, en este caso también publicado en La Opinión Nacional de Caracas, el 29 de marzo del año citado, en el que manifestó:  “Es  una mano de mujer, vara de mago, que espanta búhos y sierpes, y ojos de Midas, que trueca todo en oro.”
Cabe recordar  otras frases suyas  en las que habló ó escribió sobre la mujer.  Por ejemplo en un trabajo titulado  “La mujer santa”, publicado en Patria el cinco de abril de 1894  Martí enfatizó que como veneno es una mujer frívola o interesada, que descuaja y envilece al marido temeroso, y precisó igualmente que  delicia y manantial de orgullo, es una mujer valiente y abnegada.
También en una carta que le dirigiera a la joven María Mantilla, fechada el 9 de abril de 1895, hizo referencia a  las características que, a su juicio,  debía tener una mujer, desde el punto de vista espiritual, al expresar que un alma honrada, inteligente y libre, da al cuerpo más elegancia, y más poderío a la mujer, que las modas más ricas de las tiendas.
Quiero recordar además que Martí dijo que sin sonrisa de mujer no hay gloria completa de hombre y enfatizó que cuando la mujer  anima y aplaude, cuando la mujer culta y virtuosa, unge la obra con la piel de su cariño – la obra es invencible.
He puesto como ejemplo algunos de los trabajos de Martí en los que hizo referencia a la temática de la mujer, pero igualmente en sus obras poéticas se pueden encontrar alusiones referidas a las féminas.
Y me parece oportuno que destaque  que él en varios de sus  poemas hizo referencia a su madre, esposa, hermanas, así como a otras mujeres.
Y también en sus obras poéticas trató acerca de la mujer en forma integral. Precisamente a modo de ejemplo de lo que he señalado  cito el  fragmento inicial del poema titulado Redención en el que planteó:

Mujer, mujer, en vano es que la vida
Sin ti vertiendo sangre de dolores
Como una virgen pálida y herida
La tierra cruce deshojando flores.
Mujer, en vano que la encienda
La abrasadora lengua de los sabios
Sin que este pobre corazón entienda
El lenguaje de amor vivo en tus labios.

En esta obra Martí resaltó la trascendencia que le confería a la existencia de la mujer en la vida de un hombre. Y metafóricamente hablando se refirió  además al simbolismo de la existencia de las mujeres al expresar:

Mujeres son las lágrimas perdidas
De esas pobres estrellas amorosas
Que cruzan por el cielo de las vidas,
Augurio y sombra de almas misteriosas.

Como hombre sencillo y apasionado Martí igualmente interrelacionó en sus creaciones la presencia de la mujer con el amor, incluso resaltó el simbolismo que le atribuyera a un beso de mujer al plantear en un poema identificado como Haschisch reflejado en la Revista Universal de México en la edición del primero de junio de 1875:

Nadie sabe el secreto misterioso
De un beso de mujer: yo lo he sabido
Es un arrobamiento luminoso
También enfatizó en este poema que es algo extenso:
¡Un beso de mujer! –Pues, ¿Cómo ha sido?
Todo lo venturoso ha renacido
La redención espléndida amanece, (…)
Y más adelante resaltó:
¡Un beso de mujer! –Yo lo he sabido
En un  muy dulce instante extra-vivido

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Comentarios



MARIBEL JIMENEZ BARRIOS / 9 de septiembre de 2016

Amor de mujer árabe! despierta Esta mi cárcel miserable muerta: Tu frente por sobre mi frente loca: ¡Oh beso de mujer llama a mi puerta! ¡Haschish de mi dolor, ven a mi boca! ¡Ay, Martí, eres único!