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José Martí y su artículo titulado “Crece”

1 de abril de 2016

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Desde que era un adolescente José Martí utilizó el periodismo para reflejar conceptos muy significativos, así como sus vivencias y aspiraciones. Tenía tan solo 16 años cuando publicó su primer trabajo en el periódico “El Diablo Cojuelo”.
Entonces señaló: “Nunca supe yo lo que era público, ni lo que era escribir para él, más a fe de diablo honrado, aseguro que ahora como antes, nunca tuve tampoco miedo de hacerlo”.
Posteriormente seguiría elaborando trabajos que publicó en distintas revistas y periódicos de los países donde residió, México, Guatemala, Venezuela, Estados Unidos de América, así como colaboraciones para diferentes publicaciones de América Latina, tales como La Opinión Nacional, de Caracas , Venezuela, y la Nación, de Buenos Aires, Argentina.
Igualmente creó en el territorio norteamericano una singular revista La Edad de Oro, especialmente dirigida a los niños de la cual salieron cuatro números entre julio y octubre de 1889.
Ya en 1892 fundó el periódico Patria destinado esencialmente a lo referido a la causa por la independencia de Cuba. Su primer número salió el 14 de marzo del año citado y en un trabajo central titulado “Nuestras ideas” Martí planteó: “Para juntar y amar, y para vivir en la pasión de la verdad, nace este periódico”.
En Patria además de publicar trabajos relacionados con el Partido Revolucionario Cubano y con los preparativos de la guerra por la independencia de Cuba, también Martí reflejó artículos sobre grandes figuras cubanas y de manera esencial fijó conceptos muy trascendentales en torno al modo de actuación de los seres humanos.
Entre los diversos trabajos publicados en Patria por Martí estuvo uno que él tituló tan sólo con la palabra “Crece”, reflejado en la edición del 5 de abril de 1894. Inició dicho material planteando la siguiente consideración: “La Revolución se salva. Le faltaba tesis y orden, y ya tiene una y otro. Se conoce, y obra. Lo primero es conocerse; porque sin fin fijo y viable, y sin medios correspondientes a él, sólo se echan a andar los ambiciosos, esos grandes criminales,- y los locos.”
Cuando Martí escribe esto ya había acumulado una gran experiencia tras varios años de intensa labor en aras de lograr la unión de todos los interesados en brindar su aporte a la reanudación de la guerra por la independencia de Cuba.
Martí había encarado y vencido obstáculos, incomprensiones, campañas en su contra problemas de salud, así como limitación de recursos. Nada lo había detenido en su empeño de hacer realidad el sueño que tenía, la de lograr la liberación de Cuba del dominio colonial español.
Y en el artículo “Crece”, el afirmó que “el mérito y la viabilidad de un pueblo se miden por el entusiasmo de la libertad en las horas en que por paga única se recibe de ella la angustia y el martirio –el destierro, que es sangre y ceniza–, la pena de la casa, que va donde van las olas –y la vergüenza de la vida inútil, sin sosiego ni base para poner su parte de faena y cimiento en la humanidad”.
Detalló seguidamente que la lucha racional y sincera por una patria decorosa y libre, redime, un tanto al menos, a los hombres honrados de esa creciente amargura.
Enfatizó de manera contundente que pelear era una manera de triunfar.
Y también puntualizó: “No hay más vencido que los que lo son por sí propios – por su desidia, su malignidad o su soberbia. Andar es un modo de llegar”
Hizo referencia a las cualidades que consideraba que su pueblo tenía. Afirmó al respecto: “En Cuba son más los montes que los abismos: más los que aman que los que odian; más los de campo claro que los de encrucijada; más la grandeza que la ralea. Lo que odia, es ralea. La ralea de un pueblo es la gente incapaz de amar. La soberbia: ésa es la canalla.”
Tanto en este como en otros trabajos reflejados en el periódico Patria, Martí fue haciendo análisis medulares y detallando principios a tener en cuenta no sólo para llevar adelante una guerra que calificó como necesaria, sino también para la futura constitución de la República una vez alcanzada la independencia.
Y de manera muy esencial Martí expuso consideraciones sobre las características y la labor de los pueblos y muy especialmente de sus compatriotas.
Precisamente en el periódico Patria, en un trabajo titulado “Los pobres de la tierra”, publicado el 24 de octubre de 1894, manifestó: “Un pueblo está hecho de hombres que resisten, y hombres que empujan: del acomodo que acapara, y de la justicia, que se rebela: de la soberbia, que sujeta y deprime, y del decoro, que no priva al soberbio de su puesto, ni cede el suyo: de los derechos y opiniones de sus hijos todos está hecho un pueblo, y no de los derechos y opiniones de una clase sola de sus hijos: y el gobierno de un pueblo es el arte de ir encaminando sus realidades, bien sean rebeldías o preocupaciones, por la vía más breve posible, a la condición única de paz, que es aquella en que no haya un solo derecho mermado”.
Y añadió: “En un día no se hacen repúblicas: ni ha de lograr Cuba, con las simples batallas de la independencia, la victoria a que, en sus continuas renovaciones, y lucha perpetua entre el desinterés y la codicia y entre la libertad y la soberbia, no ha llegado aún en la faz del mundo, el género humano”.

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