José Martí y los músicos, poetas y pintores

2 de septiembre de 2016

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Víctor Pérez-Galdós Ortíz

 

 

En el segundo número de la revista “La Edad de Oro”, que circuló en el mes de agosto de 1889, José Martí incluyó un trabajo titulado “Músicos, Poetas y Pintores” en el que expuso consideraciones significativas acerca de destacados creadores de gran prestigio universal en esas manifestaciones artísticas, teniendo en cuenta lo reflejado en un libro de Samuel Smiles.
Antes de referirse a músicos, poetas y pintores que habían sobresalido desde las etapas de su niñez y adolescencia, Martí planteó importantes conceptos en torno a la juventud y además resaltó el papel de la educación.
Expresó, por ejemplo, que el mundo tiene más jóvenes que viejos ya que la mayoría de la humanidad está conformada por jóvenes y niños.
Comentó que la juventud es la edad del crecimiento y del desarrollo, de la actividad y la viveza, de la imaginación y el ímpetu.
Seguidamente manifestó la relevancia que le atribuía a la debida formación de los seres humanos desde su niñez y al respecto señaló: “Cuando no se ha cuidado del corazón y la mente en los años jóvenes, bien se puede temer que la ancianidad sea desolada y triste”.
También detalló que cada ser humano lleva en sí un hombre ideal y que la educación empieza con la vida y no acaba sino con la muerte.
Manifestó que el cuerpo es siempre el mismo, y decae con la edad y que la mente cambia sin cesar, y se enriquece y perfecciona con los años. Igualmente afirmó que en el mismo hombre suelen ir unidos un corazón pequeño y un talento grande y que todo hombre tenía el deber de cultivar su inteligencia, por respeto a sí propio y al mundo.
Añadió que lo general es que el hombre no logre en la vida un bienestar permanente sino después de muchos años de esperar con paciencia y de ser bueno, sin cansarse nunca.
Tras haber expuesto todas estas consideraciones Martí ofreció una breve caracterización, e incluso anécdotas, acerca de notables poetas, músicos y pintores.
Así, por ejemplo, se hizo referencia a Johann Sebastián Bach, organista y compositor alemán, uno de los más grandes y prolíficos genios de la música europea; de Wolfang Amadeus Mozart, compositor austríaco, uno de los más influyentes en la historia de la música occidental, y de Ludving van Beethoven, compositor alemán considerado uno de los más grandes de la cultura occidental.
También se hizo referencia a Haendel, Haydn, Mendelssohn y Franz Schubert. Sobre Schubert en específico, al que catalogó como el niño maravilloso de Viena, expresó: “Tocaba el violín cuando no era más alto que él, lo mismo que el piano y el órgano. Con leer una vez una canción, tenía bastante para ponerla en música exquisita, que parece de sueño y de capricho, y como si fuera un aire de colores”.
Con respecto a los artistas plásticos Martí precisó que entre los pintores y escultores han sido muchos los que se han revelado en la niñez y que el más glorioso de todos es Miguel Ángel.
Trató en este trabajo sobre Rafael, el pintor renacentista italiano considerado como uno de los más grandes e influyentes artistas de todos los tiempos y de Leonardo da Vinci, artista florentino y uno de los grandes maestros del Renacimiento, quien además de pintor fue escultor, arquitecto, ingeniero y científico.

 

 

De este singular artista él manifestó: “Leonardo de Vinci sobresalió desde la niñez en las matemáticas, la música y el dibujo. En un cuadro de su maestro Verrocchio pintó un ángel de tanta hermosura que el maestro, desconsolado de verse inferior al discípulo, dejó para siempre su arte”.
Igualmente en correspondencia con el título del trabajo insertado en el segundo número de “La Edad de Oro”, después de hacer referencia a músicos y pintores, Martí comentó sobre la labor de varios relevantes poetas, y detalló que ellos suelen dar pronto muestras de su vocación, sobre todo los de alma inquieta, sensible y apasionada.
Y recordó que Dante a los nueve años escribía versos a la niña de ocho años de que habla en su Vida Nueva.
Evocó a Pietro Metastasio, poeta italiano considerado el autor de libretos de ópera más importante del siglo XVIII y señaló que cuando tenía diez años andaba improvisando por las calles de Roma.
Precisó además que Vittorio Alfieri, dramaturgo y poeta italiano que fue una de las principales figuras literarias y patrióticas de la historia de la Italia moderna, demostró cualidades extraordinarias desde la juventud.
Y manifestó al respecto: “De niño era muy endeble, como muchos poetas precoces, y en extremo meditabundo y sensible”.
En el citado trabajo también se refirió a la labor creativa de Miguel de Cervantes Saavedra, el dramaturgo, poeta y novelista español, autor de la obra “El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha”, considerada como la primera novela moderna de la literatura universal.
Igualmente trató Martí sobre la precocidad de Víctor Hugo, poeta, novelista y dramaturgo francés cuyas voluminosas obras constituyeron un gran impulso, quizás el mayor dado por una obra en particular al romanticismo en su país.
Martí expuso aunque en forma resumida la trascendencia de otros escritores de gran prestigio y de diferentes partes del mundo.
No fue exactamente lo que hoy pudiéramos calificar como un crítico, pero en correspondencia plena con su sensibilidad, y conocimientos, si fue capaz de opinar sobre las características de exposiciones, acerca de libros editados y también presentaciones de notables músicos en distintos escenarios.