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José Martí y cómo dio a conocer sus “Versos Sencillos”

8 de diciembre de 2017

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Marti, Fariñas, pastel graso. Enero, 2013.

 

El 13 de diciembre de 1890 José Martí leyó a un grupo de amigos que se hallaban reunidos con él en Nueva York un grupo de poemas que después serían identificado como Versos Sencillos.

Precisamente acerca de ello él detalló en la parte final de la nota introductoria que apareció reflejada en el libro que en 1891 fuese editado en la ciudad estadounidense donde residía.

Señaló Martí al respecto: “Se imprimen estos versos porque el afecto con que los acogieron, en una noche de poesía y amistad, algunas almas buenas, los ha hecho ya públicos.”

Los Versos Sencillos fueron creados por Martí en 1890 cuando se hallaba en una zona montañosa cerca de Nueva York reponiéndose de problemas de salud que confrontaba.

En la nota introductoria a esos poemas Martí también precisó: “Me echó el médico al monte; corrían arroyos, y se cerraban las nubes; escribí versos. A veces ruge el mar, y revienta la ola en la noche negra, contra las rocas del castillo ensangrentando; a veces susurra la abeja, merodeando entre las flores.”

En total son 46 poemas los que conforman este libro. Ninguno está identificado con una frase sino con números en forma consecutiva.

La casi totalidad de dichos poemas están estructurados sobre la base de cuartetas. Sólo difieren de esta estructura el número 43 compuesto por tres sextetos y el 45 que es irregular ya que se compone de tres bloques de 14, 15 y 9 versos, respectivamente.

La mayor parte de los Versos Sencillos son pequeños ya que trece están formados por dos cuartetas, otros nueve tienen tres y otros ocho cuentan con cuatro.

El más extenso es el primero que tiene 18 cuartetas. El segundo más extenso es el décimo con 10 cuartetas.

En los Versos Sencillos Martí narra algunas de sus vivencias, recuerda y rinde homenaje a familiares y amigos, expresa su amor por la naturaleza y por su Patria, detalla conceptos muy significativos y refleja el criterio que tenía acerca de la poesía en general y el significado que le atribuía a sus versos.

En la parte inicial del primero de sus Versos Sencillos, Martí precisa algo que lo caracterizaba y también en forma simbólica señala a la tierra donde nació al hacer alusión a un árbol significativo de Cuba al patentizar:

Yo soy un hombre sincero
De donde crece la palma

Uno de los Versos Sencillos de Martí más popularizado es el que hace referencia a la rosa blanca que cultiva y que sería capaz de entregar a un amigo sincero como a alguien que le hiciera daño.

En ese poema él afirmó:
Cultivo una rosa blanca,
En julio como en enero,
Para el amigo sincero
Que me da su mano franca
Y para el cruel que me arranca
El corazón con que vivo
Cardo ni oruga cultivo:
Cultivo la rosa blanca

El tema de la amistad también aparece reflejado en otros de sus Versos Sencillos. Precisamente en la oncena cuarteta del primero de dichos versos planteó un concepto muy relevante al definir lo que significaba para él tener un amigo.

Si dicen que del joyero
Tome la joya mejor,
Tomo a un amigo sincero
Y pongo a un lado el amor

Y en relación con la poesía y el valor que le atribuyera a sus creaciones poéticas Martí igualmente llegó a exponer consideraciones en sus Versos Sencillos

Esto se puede apreciar en las cuatro cuartetas que conforman el quinto de sus Versos Sencillos en el que expresó en una de cuyas partes aseguró:

Si ves un monte de espumas,
Es mi verso lo que ves:
Mi verso es un monte, y es
Un abanico de plumas.
Mi verso es como un puñal
Que por el puño echa flor:
Mi verso es un surtidor
Que da un agua de coral

Y otro ejemplo elocuente de esa pasión que experimentara por la poesía la reflejó en el último de los 46 poemas de su libro Versos Sencillos en el que enfatizó:

Yo te quiero, verso amigo,
Porque cuando siento el pecho
Ya muy cargado y deshecho
Parto la carga contigo
Tú me sufres, tú aposentas
En tu regazo amoroso,
Todo mi amor doloroso,
Todas mis ansias y afrentas.
Tú, porque yo pueda en calma
Amar y hacer bien, consientes
En enturbiar tus corrientes
Con cuanto me agobia el alma
Tú, porque yo cruce fiero
La tierra, y sin odio, y puro,
Te arrastras, pálido y duro,
Mi amoroso compañero.

Éste es uno de los Versos Sencillos más extensos que concibiera Martí puesto que está conformado por 11 cuartetas.

Y precisamente en las dos finales hizo una valoración acerca de cómo los versos siempre lo acompañaban ya que manifestó:

¿Habré, como me aconseja
Un corazón mal nacido,
De dejar en el olvido
A aquel que nunca me deja?
¡Verso, nos hablan de un Dios
Adonde van los difuntos:
Verso, o nos condenan juntos,
O nos salvamos los dos!

El tema de la muerte también está presente en los Versos Sencillos puesto que Martí detalló en uno de dichos poemas:

Yo quiero salir del mundo
Por la puerta natural:
En un carro de hojas verdes
A morir me han de llevar.
No me pongan en los oscuro
A morir como un traidor
¡Yo soy bueno, y como bueno
Moriré de cara al sol!

Y en otro de los Versos Sencillos igualmente afirmó:

Yo quiero, cuando me muera,
Sin patria, pero sin amo,
Tener en mi losa un ramo
De flores, – ¡y una bandera!

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