José Martí: su labor en la reorganización de la Guerra por la Independencia de Cuba
21 de febrero de 2022
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Durante muchos años José Martí se consagró en el empeño de lograr que en Cuba se reiniciase la guerra en aras de alcanzar la independencia y darle así continuidad a la lucha emprendida el 10 de octubre de 1868 por Carlos Manuel de Céspedes y otros patriotas
Atendiendo que en 1868 era un adolescente y vivía en La Habana, lejos de donde comenzaron a realizarse las acciones combativas, él no participó de modo activo en esa guerra inicial que se prolongó durante casi diez años, pero no se sintió ajeno al anhelo de sus compatriotas de liberar a su tierra natal del dominio colonial español.
Y eso lo puso de manifiesto, por ejemplo, en un soneto que creó titulado 10 de Octubre en cuya parte inicial señaló:
No es un sueño, es verdad: grito de guerra
Lanza el cubano pueblo, enfurecido;
El pueblo que tres siglos ha sufrido
Cuando de negro la opresión encierra.
En el transcurso de poco tiempo Martí tuvo que encarar primero el presidio
político y la realización de trabajo forzado por sus convicciones patrióticas e incluso después la deportación hacia España.
Y aún en la propia metrópoli no dejó de patentizar su adhesión a la guerra independentista en trabajos que publicó, particularmente uno que elaboró al proclamarse en 1873 la República española.
En dicho trabajo enfatizó: “Mi patria escribe con sangre su resolución irrevocable. Sobre los cadáveres de sus hijos se alza a decir que desea firmemente su independencia. Y luchan, y mueren.”
Entre 1871 y finales de agosto de 1878, salvo en un período de algo más de dos meses, en 1877, que pudo entrar y permanecer en La Habana en forma clandestina, al utilizar como identificación su segundo nombre y apellido, es decir Julián Pérez, no pudo residir de modo oficial en Cuba.
Más al retornar a La Habana, no obstante que ya estaba casado y en espera de un próximo nacimiento de su hijo, Martí volvió a evidenciar su decisión de continuar dando su aporte a la lucha contra las autoridades españolas en Cuba.
Por sus actividades conspirativas e incluso por haber pronunciado discursos en los que en forma evidente se evidenciaban sus ideas patrióticas Martí fue nuevamente detenido y una vez más se vio obligado en 1879 a salir como deportado hacia España.
Entonces sólo estuvo en el territorio español tan sólo alrededor de tres meses puesto que enero de 1800 llegó a los Estados Unidos de América y comenzó a residir en la ciudad de Nueva York.
Fue en los Estados Unidos, con excepción de menos de siete meses, entre enero y finales de julio de 1881 que residió en Venezuela, donde Martí vivió durante casi 15 años.
En Estados Unidos desempeñó varias funciones, entre ellas las de periodista, cónsul, escribió y publicó dos libros de poemas, asistió a eventos, se relacionó con personalidades y con muchos cubanos, pero sobre todo su más trascendental labor estuvo relacionada con la causa de la independencia de Cuba.
En tal sentido sostuvo contactos con antiguos y destacados luchadores independentistas, entre ellos el dominicano Máximo Gómez y el cubano Antonio Maceo, por tan sólo citar estos dos nombres a manera de ejemplo, captó a otros muchos compatriotas para que lo ayudaran y lo secundaran, sostuvo reuniones, realizó viajes a distintos países, pronunció discursos muy emotivos, creó el periódico Patria, fundó el Partido Revolucionario Cubano, organizó expediciones y creó una estrategia para llevar adelante la guerra, acerca de la cual se refirió incluso desde mucho antes que se produjera su reanudación.
En tal sentido años él comentó en trabajo que con el título “Nuestras ideas” publicó en el primer número del periódico Patria que circuló el 14 de marzo de 1892.
Entonces Martí señaló al respecto: ¨La guerra no ha de ser para el exterminio de los hombres buenos, sino para el triunfo necesario sobre los que se oponen a su dicha.”
En enero de 1895 en los Estados Unidos José Martí en unión de otros dos destacados patriotas firmaron la Orden de Alzamiento y esta fue trasladada a Cuba de una manera muy original, camuflajeada en un tabaco.
Pocos días después Martí se trasladó hacia Santo Domingo para reencontrarse con Máximo Gómez y desde allí poder viajar a Cuba una vez que se reiniciara la guerra.
El 24 de febrero del año citado con alzamientos en distintos lugares de Cuba comenzó una nueva etapa en la lucha por la liberación de Cuba.
Un mes después, exactamente el 25 de marzo, aún sin haber podido trasladarse a Cuba Martí elabora y firma de conjunto con Máximo Gómez un trascendental documento identificado en la historia de Cuba como Manifiesto de Montecristi, en correspondencia con la ciudad dominicana donde fuera suscrito.
En ese Manifiesto, entre otras cuestiones, definieron los objetivos y características de la guerra en Cuba. Se detalló: “La guerra no es, en el concepto sereno de los que aún hoy la representan, y de la revolución pública y responsable que los eligió el insano triunfo de un partido cubano sobre otro, o la humillación siquiera de un grupo equivocado de cubanos; sino la demostración solemne de la voluntad de un país harto probado en la guerra anterior para lanzarse a la ligera en un conflicto sólo terminable por la victoria o el sepulcro.”
En esos instantes crecía en Martí el compromiso que tenía con hallarse en Cuba. Y ese propio día en emotivas cartas dirigidas, respectivamente a su amigo Federico Henríquez y Carvajal, y a su querida madre Leonor Pérez Cabrera, dejó constancia de ello.
Tras vencer numerosos obstáculos Martí, en compañía de Máximo Gómez y un pequeño grupo de patriotas, pudo llegar finalmente al territorio cubano el 11 de abril de 1895 por Playitas de Cajobabo, en la zona sur oriental de Cuba.
Supo encarar con firmeza las limitaciones que entrañaba una vida en campaña, al transitar por zonas rurales y con el peligro latente de enfrentarse a las tropas al servicio de España sin ser haber tenido él una experiencia como combatiente.
Y el sentido que le atribuyese a su aporte a la causa de la independencia de Cuba lo resumió en una carta que comenzó a escribirle a su amigo mexicano Manuel Mercado el 18 de mayo de 1895.
Precisamente en dicha carta Martí afirmó: “Ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país y por mi deber –puesto que lo entiendo y tengo ánimos conque realizarlo– de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América.”
Y seguidamente detalló: “Cuánto hice hasta hoy, y haré, es para eso.”
Esa misiva quedó inconclusa al producirse la muerte de José Martí al día siguiente en la zona de Dos Ríos, en el territorio de la actual provincia Granma.
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