José Martí, por el equilibrio del mundo
1 de febrero de 2023
|
A primera vista, quizás a quienes no hayan examinado con frecuencia los textos martianos les sorprenda si afirmo que el Maestro puede ser considerado como un analista de asuntos internacionales y hasta como todo un politólogo capaz de explicar los temas de las relaciones entre las naciones de su época junto con los elementos internos de ellas que fundamentaban su política exterior.
Lo interesante del caso es que el cubano se valió sobre todo del periodismo para expresar sus criterios al respecto más que del ensayo o del estudio de corte académico. Al respecto, además de de haberse movido por ese terreno en sus escritos para la Revista Universal de México al referirse a sucesos relativos a las relaciones entre ese país y Estados Unidos, Martí se dedicó durante dos años, desde el diario La Opinión Nacional de Caracas, a informar sistemáticamente acerca de la política interna de estados europeos como España, Francia e Italia. Junto a ello, no dejó de comentar las diferencias de tales estados entre sí y con otros a los que no dedicó miradas particulares. Inclusive, dado su rechazo al colonialismo, denunció de hecho las aventuras conquistadoras francesas y españolas en el norte de África y el dominio británico sobre Egipto la India e Irlanda.
Claro que, sin dudas, sus criterios más frecuentes y más analíticos se dedican, en las que él llamó “Escenas norteamericanas”, a Estados Unidos, sociedad industrial que iniciaba ya su pase al imperialismo moderno y donde se detectaban el inicio de los monopolios y del capital financiero. Desde sus ideas iniciales cuando aún era un joven estudiante, Martí comprendió cuánto el espíritu mercantil se combinaba allí con un sentido de pueblo escogido por la divinidad para imponerse por todo el continente a lo que sus exponentes llamaban el “destino manifiesto”. Y hacia finales del siglo ya era evidente para el cubano que la casta que se imponía en el control económico del país impulsaba a los políticos deseosos de la expansión territorial, lo cual, según su apreciación levantaría la oposición de las potencias europeas, donde también similares fuerzas tomaban el control de la política. De alguna manera, pues, Martí previó lo que ocurriría años después de su muerte con la Primera y la Segunda Guerras Mundiales.
Así lo expresó con meridiana claridad en “El tercer año del Partido Revolucionario Cubano”, brillante escrito aparecido en el periódico Patria el 17 de abril de 1894: “En el fiel de América están las Antillas, que serian, si esclavas, mero pontón de la guerra de una república imperial contra el mundo celoso y superior que se prepara ya a negarle el poder, —mero fortín de la Roma americana”, y si libres “serían en el continente la garantía del equilibrio…” Y añade: “Es un mundo lo que estamos equilibrando: no son solo dos islas las que vamos a libertar.”
La trascendencia universal que fijaba a Cuba y a Puerto Rico libres indica su madurez plena como pensador que entendió los caminos que se abrían y como líder político que fijaba la magna responsabilidad que otorgaba a ambos pueblos libres. Ahí, entonces, los elementos que demuestran su talento político para apreciar el presente y mirar al futuro para trabajar a fin de subvertir los caminos que señalaban su época.
Galería de Imágenes
Comentarios