Joaquín Sabina
10 de mayo de 2017
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Joaquín Sabina pertenece al selecto grupo de artistas del cual cada cubano guarda una impresión, un recuerdo personal. Así sucede también con Joan Manuel Serrat, Alberto Cortez, Ana Belén, Víctor Manuel, Fito Páez y varios cantantes más cuya impronta no está solo en la memoria de los melómanos, sino en el corazón de los cubanos de más de una generación. Han interpretado ellos canciones, propias o no, cuyos textos quedan por su poesía, su lirismo y el don de arraigar en lo más profundo de los oyentes.
Los nexos de amor son recíprocos entre el cantautor Joaquín Sabina y Cuba. Se han tejido en cada una de las visitas del juglar, a través de sus opiniones sobre los más diversos asuntos, expresadas con sinceridad y sin cortapisas, como corresponde a quien ha vivido inserto en el acontecer político y social de su país y del mundo. En 1997 sostuvo en La Habana una larga entrevista de cinco horas con el presidente Fidel Castro.
Varios momentos son determinantes en la relación de Sabina con Cuba. Uno de ellos, muy revelador, cuando se edita el álbum La Habana canta a Sabina, grabado en La Habana, en el cual intervienen numerosos artistas cubanos, Pablo Milanés, Carlos Varela, Amaury Pérez, Pancho Amat y el Cabildo del Son, dúo Buena Fe, Haydée Milanes e Ivette Cepeda, entre otros, presentado en España a mediados de 2011.
Sin embargo, sucede que Sabina sorprendió un tanto a sus seguidores, ahora en su cuerda de poeta declarado, es decir, autor de libros, cuando en la última jornada de la 15 Feria Internacional del Libro de la Habana, en febrero de 2006, presentó su colección de sonetos Ciento volando de catorce, del cual se agotaron la totalidad de los ejemplares puestos a la venta, que Sabina tuvo la gentileza de autografiar. He aquí uno de los sonetos, el titulado “En el espejo”:
No me busques detrás de la camisa, / el orín del azogue borda un fleco /
circunflejo en mis cejas, gesto hueco / de mal actor que ensaya una sonrisa.
No encuentro a Dorian Gray, ni a Monna Lisa, /ni a Peter Pan, en la caricatura/
que exhibe ante el jurado la impostura / de un look atropellado por la prisa.
Más lejos cada vez de los de afuera, / boquerón de secano en la frontera /
que separa lo urgente de lo añejo, / a Sísifo ganarle la carrera /
sigo intentando, mientras un cangrejo, / con una roca, en el espejo espera.
La 35 edición del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, que tuvo por sede La Habana, en diciembre de 2013 fue ocasión para la presentación del documental titulado El símbolo y el cuate, que trata sobre la amistad y giras musicales conjuntas de Joan Manuel Serrat y Sabina.
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