Jean Paul Sartre
29 de abril de 2019
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Exactamente el 22 de febrero de 1960, arribó a La Habana el escritor y filósofo francés Jean Paul Sartre, acompañado de la también escritora Simone de Beauvoir. Estaba en el apogeo de su gloria y aunque no había ganado aún el Premio Nobel de Literatura, que se le otorgó y rechazó en 1964, sí era citado como uno de los intelectuales de más serio quehacer en Europa Occidental.
Permaneció en Cuba alrededor de un mes, días durante los cuales vivió un programa intenso de visitas y conferencias. Dio una charla en el Hotel Nacional, recorrió las oficinas de las nuevas instituciones creadas por el Gobierno Revolucionario, accedió a un conversatorio en la Universidad de La Habana, asistió a la representación de su obra La ramera respetuosa y dialogó con los estudiantes y trabajadores en un ambiente de recíprocas simpatías.
Fue en Cuba donde lo sacudió la explosión del vapor Le Coubre, cargado de armas, en la rada capitalina, el 4 de marzo. Los periodistas le solicitaron una opinión y he aquí lo que entonces declaró: “Tomando las cosas en la forma que las he visto en la prensa y en el periódico Revolución, considero que es un atentado, y un atentado criminal”.
Sartre ya había estado con anterioridad en Cuba y se mostraba ahora sorprendido de los cambios. “La ciudad fácil de 1949 cuando la visité por primera vez me ha desorientado”, comentaba a un reportero.
El escritor recorrió las zonas agrícolas y montañosas del país, en este caso acompañado por líderes de la Revolución. Fue a partir de aquella experiencia que preparó una serie de trabajos periodísticos para el diario L’Express, en los cuales informaba a los franceses acerca de cuanto había visto, escuchado y vivido dentro de un país en revolución.
Sin embargo, Sartre hizo algo más que lo prometido a los lectores: escribió un libro leído por millones de sus compatriotas y que llevó por título Huracán sobre el azúcar. En sus páginas, entre muchas anécdotas y comentarios, relató su encuentro a media noche con el comandante Ernesto Che Guevara, entonces director del Banco Nacional, en la sede misma de la institución.
Sartre tiene una obra muy variada. Escribió cuentos y novelas, así como piezas teatrales. Su literatura es representativa de los intereses y preocupaciones del período de la postguerra, un conflicto del cual él participó por su vinculación con el movimiento de resistencia antifascista.
Murió a los 75 años, el 15 de abril de 1980, en París, una ciudad que lo tiene entre sus hijos más distinguidos y que lo acompañó masivamente en sus funerales.
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