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Interacciones

24 de julio de 2018

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interacciones

 

Cuando se administran conjuntamente dos o más medicamentos, existe la posibilidad de que ocurran interacciones entre ellos. Esta posibilidad también está presente con los alimentos ingeridos en el período relativamente cercano a la administración, que de forma general se enmarca en las dos horas previas y una hora posterior.

El riesgo de las interacciones medicamentosas está condicionado por la magnitud y gravedad de los efectos resultantes. Cuando interaccionan medicamentos que ejercen el mismo efecto en el organismo, la administración conjunta de dos o más de ellos da lugar a un efecto sinérgico mucho mayor que el que produciría cada uno por separado.

Esto en muchas ocasiones resulta muy riesgoso para el paciente, ya que hay medicamentos que por su propia acción deben emplearse con mucho cuidado y en casos como estos las consecuencias del efecto sinérgico provocado por la interacción entre dos o más medicamentos del mismo tipo podrían tener consecuencias muy serias en la seguridad del paciente.

En los casos en que se trata de medicamentos con efectos opuestos, el efecto resultante es antagónico, atentando contra el resultado esperado del tratamiento. Las complicaciones de este tipo de interacción están mayormente relacionadas con la falta de efectividad del tratamiento, lo cual puede ocasionar el deterioro del estado de salud del paciente.

Las interacciones que se producen entre los medicamentos y los alimentos, ya sean comidas o bebidas, tienen algunos puntos en común con las que ocurren entre los medicamentos. Algunas son beneficiosas y por tal razón se recomienda la administración de determinados medicamentos acompañados de algunos tipos de alimentos en particular. En otros casos, los alimentos pueden interferir en la absorción del medicamento o inactivarlo y por ello se indica hacer la administración alejada de las comidas e incluso evitar ciertos tipos de alimentos mientras se sigue el tratamiento.

Otro tipo de interacción es la que se produce cuando el medicamento interacciona con el estado físico o determinada condición médica del paciente. Un ejemplo de esto lo tenemos en la aspirina, o ácido acetil salicílico, la cual no puede ser administrada a pacientes con asma.

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