Inauguran Jardín Botánico
29 de abril de 2016
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Donde está hoy el Capitolio de La Habana y sus jardines, en el Paseo del Prado, había un terreno cenagoso, atravesado por la Zanja Real, en el que los vecinos arrojaban los desperdicios.
El 30 de mayo de 1817 se inauguraba en el lugar el Jardín Botánico de La Habana, institución promovida por la Sociedad Económica de Amigos del País.
Una veintena de años atrás, se había autorizado al profesor habanero José Estévez a cobrar mil pesos fuertes al año, para la enseñanza de la Botánica, pero debido a la falta de recursos, todo quedó en el proyecto.
Fue la ingente labor del intendente de Hacienda Alejandro Ramírez, quien mediante una colecta entre los vecinos más pudientes logró cercar la media caballería de terreno para la deseada cátedra.
Se recibieron remesas de la Martinica y La Florida, así como de varias provincias del país, se presentó una muestra de 257 maderas cubanas y se le puso como lema “Ilustración y ornato”.
El 10 de febrero de 1824 se hacía cargo del Jardín Botánico don Ramón de la Sagra y Peris, naturalista, economista, historiador y sociólogo gallego, quien daría un importante avance a la institución al ponerla en comunicación con sus homólogas en el mundo. Envió y recibió de Europa y Estados Unidos colecciones de plantas e insectos, creó en Instituto Agronómico y publicó los Anales de Ciencias, Agricultura, Comercio y Artes. Fue el primero de los escritores en Cuba con clara conciencia de la revolución industrial, y su análisis acerca de la tecnificación azucarera, aún tiene vigencia,
Por esta época estaba el jardín organizado en toda su extensión. Adornaban su puerta principal estatuas que simbolizaban las cuatro estaciones, contaba con un edificio para alojamiento del profesor y local de la cátedra, así comoun pequeño puente que atravesaba la Zanja Real de este a oeste, obras todas del brigadier de ingenieros don Francisco Lamaur.
El jardín limitaba al sur con en Campo de Marte, plaza para ejercicios militares que contaba con una explanada construida en 1740, una carpa en muy mal estado, donde debutó el célebre actor cubano Francisco Covarrubias en 1800, una plazas para corrida de toros y áreas verdes aprovechadas por la población de Intramuros como medio de esparcimiento.
Al sureste del jardín estaba la “Puerta de Tierra” de la gran muralla que desde el siglo XVll defendía a la Villa de corsarios y piratas y dividía a La Habana en intra y extramuros. La puerta, conocida también como “De la muralla”, abierta en 1721, contaba con dos arcos de sillería entre los baluartes de San Pedro y Santiago.
Facilitaban el tránsito dos puentes levadizos soso para la entrada y salida de carruajes y caballos, Esta era la principal salidas para los barrios extramurales de Jesús María, Jesús del Monte, El Horcón, El Cerro y el Campo de Marte, de los 84 975 habitantes de la ciudad, 39, 277 residían en extramuros.
No existía la acera este del Prado, conocido también cono Alameda o Avenida de Extramuros, ya que esos terrenos se encontraban ocupaos por el glacis de la muralla. Solamente algunas casuchas de madera, cocheras y otros establecimientos provisionales se hallaban junto a los fosos de la muralla, debido a la prohibición de construir en la zona con materiales perdurables.
No obstante, el Paseo del Prado, mandado a construir por el Marqués de La Torre en 1772, era el lugar preferido por la población habanera para los pasos vespertinos.
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