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Iguales problemas, diferentes abordajes

7 de noviembre de 2017

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A pesar de ser una definición que ha alcanzado su mayor connotación en épocas recientes, el estrés no es un problema exclusivo de estos tiempos. También nuestros antepasados sufrieron los embates de la tensión nerviosa provocada por los problemas de la vida cotidiana y al igual que muchas personas en el presente, también necesitaron remedios para combatir el insomnio, la tensión, la ansiedad nerviosa o la irritabilidad, por solo citar algunos síntomas.

Sin embargo, al observar la forma en que ha sido abordado este problema entre generaciones, se encuentran diferencias importantes. Mientras nuestras abuelas recurrían a una tisana de tila o a una infusión de valeriana antes de ir a la cama para calmar los nervios y generar tranquilidad, los adultos del presente optan por usar medicamentos para poder dormir o aplacar los nervios agitados.

A diferencia de los medicamentos tranquilizantes, cuyas secuelas por uso indiscriminado pueden no solo ser sicológicas sino también físicas, los remedios naturales son una alternativa saludable y eficaz para tranquilizar los nervios y combatir la ansiedad si se emplean de manera adecuada.

La tila o té de tilo, es reconocido por sus propiedades relajantes. Esta planta se cuenta dentro de los remedios para el insomnio y la ansiedad, ya que ayuda a calmar los nervios y generar tranquilidad, factores que muchas veces llevan al insomnio. Se recomienda tomar esta tisana una o dos horas antes de ir a dormir.

Las hojas y las flores de naranjo tienen propiedades calmantes y sedantes. Su empleo se cita entre los remedios caseros para el insomnio crónico. La infusión se prepara con dos hojas por taza, o agregando una o dos flores directamente. Se deja reposar y se bebe durante el día o antes de dormir.

Otra hierba sedante es la valeriana, la cual cuenta con propiedades relajantes, ansiolíticas y antiespasmódicas y tiene efecto inductor del sueño. Es además relajante muscular por lo que permite tener un sueño más profundo. Su infusión se prepara adicionando veinte gramos de valeriana fresca o dos de valeriana seca a un litro de agua. Este preparado puede beberse durante el día, sin excesos, especialmente cuando se está tenso, nervioso o ansioso y también a la hora de dormir.

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