Homenaje a María de los Ángeles Santana en el hotel Inglaterra

31 de julio de 2014

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Ramón Fajardo

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Cuba, Cultura, María de los Ángeles Santana

EUSEBIO LEAL: «María de los Ángeles Santana (…) es una gran defensora de los valores de la cultura que representa, lo que la convierte en una arte de la vida espiritual de su pueblo».

En el hotel Inglaterra, enclavado en el área central de La Habana, se rendirá homenaje este viernes, 1º de agosto, a la cantante y actriz María de los Ángeles Santana, con motivo de cumplirse al siguiente día el centenario de su nacimiento en la capital cubana.

Fernando Rodríguez Sosa conducirá un panel con la participación de Nelson Dorr, Premio Nacional de Teatro; el doctor Pedro Simón, director del Museo Nacional de la  Danza y de la revista especializada Cuba en el Ballet; el doctor Miguel Cabrera, historiador del Ballet Nacional de Cuba; Enrique Pérez Díaz, director de la editorial Gente Nueva; la editora Zoila Portuondo y Ramón Fajardo,  autor del libro Yo seré la tentación: María de los Ángeles Santana, publicado en el 2014 por la editorial Letras Cubanas, del que se venderán algunos ejemplares. Secundados al piano por el maestro Nelson Camacho Vidaurreta, la soprano Lucy Provedo y el tenor Bernardo Lichilín interpretarán algunas canciones del repertorio de la homenajeada.

Con entrada libre, y por cortesía de José Luis Brito, maitre del hotel Inglaterra, en este acto se hará, desde distintos ángulos, una valoración de los aportes de la Santana a la cultura criolla, en la que su nombre empezó a destacarse a partir de1938, cuando intervino en el filme Sucedió en La Habana, de Ramón Peón, rodado por la empresa cinematográfica Películas Cubanas. Su presencia,  en calidad de  cantante y actriz, en otros largometrajes realizados entre ese año y el siguiente por tal firma le permitió adquirir gran popularidad en la Isla y, asimismo, conocer a una personalidad determinante en su ulterior trayectoria artística: el maestro Ernesto Lecuona Casado. Bajo su guía debutó en 1940 en la radiodifusión cubana, y poco después, él la incorporó a los conciertos que organizaba en diferentes teatros habaneros con la presentación de figuras noveles y las más reconocidas intérpretes del arte lírico nacional. En su desarrollo le estrenó Tengo un nuevo amor y Mi corazón se fue, e hizo creaciones de Maniquí, Te vas juventud, Mariposa y El jardinero y la rosa.

A solicitud de Eliseo Grenet, interrumpió tales faenas en 1943 para ir a México y allí permaneció dos años. Junto con el autor de ¡Ay!, Mamá Inés trabajó en el documental Conga Bar (1943, Dir.: Ramiro Gómez Kemp), en la radioemisora XEOY (Radio Mil), hizo un recorrido por distintas ciudades de ese país y actuó en el teatro Lírico, del Distrito Federal. Independientemente de sus compromisos con Grenet, la Santana se presentaría en el cabaret Sans Souci, del Distrito Federal; asumió en 1944 roles protagónicos de las películas Asesinato en los estudios (Dir.: Raphael Sevilla) y La culpable (Dir.: José Díaz Morales), y volvió al Lírico como integrante de la Compañía de Revistas de Roberto Soto para iniciarse de lleno en el arte del vedettismo.
Al regresar a La Habana prosiguió sus labores teatrales y en la radio, en la que recibió un contrato de exclusividad de la RHC-Cadena Azul, el cual alternó con presentaciones en selectos centros nocturnos de Miami durante la segunda mitad de los años cuarenta. En 1947 debutó, en calidad de actriz dramática, en el teatro Auditórium, en la pieza La bayamesa, de Rubén Romeu. Así comenzó una labor escénica que la insertaría en el grupo de las más grandes actrices que ha dado Cuba, por la versatilidad demostrada en incontables dramas y comedias en diferentes colectivos y épocas. En 1948 fue coronada Reina Nacional de la Radio en virtud de un concurso organizado anualmente por el rotativo habanero Mañana.

Llegada la década de los cincuenta, sobrevinieron sus triunfos en España. Primero como tiple de la compañía de Antonio y Manolo Paso, cuyo director musical era el prestigioso maestro Daniel Montorio, en la cual permaneció entre 1951 y 1954 y protagonizó dos revistas de los citados autores peninsulares: Tentación y Conquístame. Su éxito en ambas piezas fue tan extraordinario que se le ubicó en la vanguardia de las más célebres vedettes de América Latina que han desfilado por coliseos de esa nación europea. A ella volvería en 1957 para encabezar el elenco de la revista Tropicana (M.: Ernesto Lecuona y Augusto Algueró, padre e hijo / L.: M. Filos).
Durante la etapa inicial de las transmisiones televisivas en Cuba, la Santana sería uno de sus puntales como actriz y cantante, facetas en las cuales se mantuvo después de 1959, paralelamente a su quehacer teatral al lado de los más notables directores y figuras de distintos contextos. Recibió casi la totalidad de las más significativas distinciones oficiales conferidas a un artista en la nación caribeña, además de las otorgadas por los distintos medios de difusión.

A los 96 años de edad la Santana falleció en su residencia habanera el 7 de febrero del 2011 legando a su pueblo grabaciones discográficas, películas, fotografías, diplomas, trofeos e incontables programas teatrales que revelan su meritoria hoja de servios artísticos, caracterizados por la maestría, a lo largo de siete décadas de constante  quehacer. Para la parte final de nuestro libro Yo seré la tentación María de los Ángeles Santana nos había comentado: «[…] al cerrar mis ojos definitivamente aspiro a que ellos no me recuerden sobre un escenario, sino como una mujer sencilla, con defectos y virtudes, inmersa en sus ocupaciones habituales y merecedora, a su debido tiempo, de lo necesario para hermosear la vida. Deseo que también piensen en mí como una cubana fiel, sensible, romántica y provista de una vehemencia que el maestro Ernesto Lecuona intentó dosificar cuando en sus conciertos me sugería:
“¡Santanini, deja algo para el final!”»

Acerca de María de los Ángeles Santana opinarían:
ERNESTO LECUONA: «[…] gran artista y orgullo nuestro».

HAROLD GRAMATGES: «Desde muy joven disfruté de su presencia radiante en los escenarios de nuestro país, en ocasiones como cantante de excepcionales facultades para el concierto. Y poniendo en juego su amplia versatilidad, a través de la radio, la televisión, el cine y el teatro, donde se ha movido con igual acierto en la comedia y el drama. Todo revela en ella su vasta cultura y su profunda sensibilidad. Así ha podido desafiar el tiempo conservando una gracia juvenil y un bello rostro. María de los Ángeles Santana ocupa un lugar señero en la galería de nuestras más grades actrices».

MIGUEL BARNET: «María De los Ángeles Santana pasó por varios escenarios del mundo y dejó el nombre de Cuba muy alto..Creo que una personalidad como la suya nace cada cien años»..

 

CARILDA OLIVER LABRA: «Admiro extraordinariamente a María de los Ángeles  Santana por su legado como cantante y actriz, su apasionante vida, su trato afable y ese carisma especial que tanto llama la atención del público y los años han enriquecido».¡María… María de Cuba!

GERMÁN PINELLI :
María… María del mundo.
Pongo a tus pies, reverente,
Mi amor más hondo y profundo.

MARIO CABRÉ: «Cuba podrá tener mucha obras de arte. Pedro ninguna como María de los Ángeles Santana».
DON ANTONIO PASO: «No necesitas tu, para anunciarte, ser vedette, ni estrella, ni cubana; a ti te basta sólo con llamarte María de  los Ángeles Santana».

FRANK FERNÁNDEZ: «Una de las más grandes artistas que ha dado nuestro país».

NELSON DORR:
«Me he dicho: es un milagro del tiempo,
que en ella no pasa y pasa.
¡Y siempre estarás con nosotros!
Y aunque tu sencillez me desapruebe,
debo decirte que estás y estarás
entre  los inmortales de nuestra cultura
y el corazón de nuestro pueblo».

ALICIA ALONSO: «María De los Ángeles Santana es nuestra historia».