Hank Aaron
1 de enero de 2016
|
Henry Louis Aaron (Hank Aaron), la gran estrella del béisbol norteamericano de las Grandes Ligas, llegó el viernes 22 de enero de 1993, en condición de ejecutivo de la Turner Broadcasting System (TBS), y, en consecuencia, invitado por el Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), cuyo presidente acudió a recibirlo.
En cifras, el quehacer beisbolero de Hank Aaron se resume así: 23 temporadas en Grandes Ligas, 755 batazos “despachados” por sobre las cercas, 2 297 carreras impulsadas y unas cuantas veces seleccionado en el Todos Estrellas de la temporada, así como participación en 14 juegos de Series Mundiales. Los records los empieza a eslabonar con los Cerveceros de Milwaukee y los fija de manera definitiva con los Bravos de Atlanta.
Tiene muchas anécdotas que contar y Enrique Capetillo, de Bohemia, se encarga de preguntar.
EC: ¿Acaso soñó Hank Aaron alcanzar y superar la marca de 714 jonrones compilada por el Bambino Ruth con los Yanquees de Nueva York entre las décadas de 1920 y 1930?
AA: Si supieras, la primera vez que pensé en esa posibilidad fue en los finales de la temporada de 1973 allá en Atlanta, cuando llegué a los 700 cuadrangulares y finalicé justamente con 713. La prensa comenzó a realizar una gran propaganda alrededor del asunto (…) Podrás imaginar la responsabilidad que me esperaba, ya con 40 años cumplidos, al iniciarse el campeonato de 1974. Yo quería jugar en el estadio de Atlanta, pero recibí una comunicación del comisionado Bowis Khun, donde se me obligaba a hacerlo el día inaugural de la temporada -6 de abril- en el Riverfront de Cincinnati.
EC: ¿Recuerda aún aquel memorable momento?
AA: Como si hubiera sucedido hace cinco minutos. El estadio estaba repleto -alrededor de 50 mil personas-. Yo ocupaba el tercer turno en la alineación de los Bravos y tenía enfrente el serpentinero derecho del Cincinnati Jack Billingham. Me abrió con una buena recta por el centro, a la altura de la cintura, la enganché y salió la línea que voló las cercas entre el jardín central y el izquierdo.
EC: Pero, unos días después llegó el 715.
AA: Bueno, aquí las cosas fueron distintas. La presión había disminuido y solo quería regalarle el próximo jonrón a los fanáticos de Atlanta. Ello ocurrió dos días más tarde contra el equipo Dodgers de Los Ángeles. Estaba en la lomita el zurdo Al Downing y este me sirvió ahora una curva hacia dentro. La choqué bien y la bola fue a caer en la parte alta del jardín izquierdo”.
Con 58 años y el cabello canoso, el gran Hank Aaron entraba a formar parte de la leyenda del beisbol mundial.
Galería de Imágenes
Comentarios