Gregory Peck
16 de octubre de 2015
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Gregory Peck fue un actor muy admirado por las mujeres, lo cual en modo alguno cuestiona sus cualidades histriónicas ni que el público masculino dejara igualmente de apasionarse por los filmes que protagonizó en los más diversos géneros, desde el drama hasta la comedia, transitando por el western, el romance y las gustadas películas de guerra. Se mantuvo en el estrellato desde los años cuarenta hasta los sesenta, y aún después, pese a su veteranía, nunca le escaseó el trabajo ni el reconocimiento de un público que le permaneció devoto.
Cuando llegó a La Habana en la primera quincena de diciembre de 1986 en ocasión del Festival de Cine, su fotografía “se robó” una página completa de la revista especializada Cine Cubano, en la cual puede leerse:
“Una figura, entre todas las asistentes, fue punto de mira de la crítica y el público en general. Un hombre alto, escueto, erguido a pesar de los años, cuya figura recuerda aún a aquel capitán atormentado de Melville arponeando contra las olas la misteriosa inmensidad de Moby Dick. Gregory Peck llegó a Cuba acompañado de su mujer e hija, y declaró a los pocos minutos de su arribada: Quiero relacionarme con mis colegas latinoamericanos, con los cuales comparto los mismos sueños”.
Peck filmó más de 55 películas, desde Días de gloria (Days of Glory), de 1944, hasta El Cabo del miedo (Cape Fear), de 1991, dirigida por Martin Scorsese. El Festival de Cine de San Sebastián, España, le entregó su premio en 1986.
Aparte de su destacada labor actoral, Peck se involucró en la vida cultural de Los Ángeles, participó de obras benéficas y movimientos políticos, presidió la Sociedad Americana del Cáncer, y la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood.
Peck nació en San Diego, California, el 5 de abril de 1916, hijo de una familia católica. Pretendió estudiar Medicina, pero el descubrimiento de su vocación actoral lo llevó a estudiar interpretación en Nueva York. Debutó en Broadway, como actor de teatro, en 1941 y en el cine tres años después. En cuatro ocasiones se le nominó al Oscar de actuación sin alcanzarlo: en Las llaves del reino (1944); El despertar (1946); La barrera invisible (1947), y Almas en la hoguera (1949). Finalmente lo ganó con Matar un ruiseñor (1962)
Murió a los 87 años, en California, el 12 de junio de 2003.
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