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Gregorio Marañón

16 de diciembre de 2020

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No imaginamos hoy el alboroto que se armó en La Habana de 1927 con las conferencias del doctor Gregorio Marañón, por aquellos días una celebridad de la medicina española.

El doctor Gregorio Marañón llegó acompañado de su esposa el 10 de diciembre de 1927 y se hospedó en el hotel Inglaterra, frente al Paseo del Prado, en el corazón de la ciudad de La Habana. Desde allí concedió su primera entrevista y el periodista del diario El Mundo lo retrataba así: “Es un hombre joven, representa unos cuarenta años. En sus cabellos oscuros hay hebras que comienzan a blanquear”.

La sociedad española, al igual que la del lado de acá del Océano Atlántico, vivía expectante de los artículos suyos, pues destacaba tanto por la amenidad de su prosa como por la profundidad de su conocimiento científico. Ello, en cierta forma, hacía de él un personaje popular y admirado. Además, estuvo del lado de la República Española desde la Agrupación de Intelectuales al Servicio de la República y fue un defensor de los valores nacionales de su patria.

Médico de profesión, se destacó en el terreno de la endocrinología, la sicología y la sexología. Escribió ensayos de divulgación científica popular y su renombre trascendía la Península. De ahí que en La Habana se le recibiera con tanto interés y la ciudad estuviera ansiosa por escuchar el asunto de sus conferencias.

El día 12 de diciembre dictó la primera de ellas, que no fue en La Habana sino en la ciudad de Matanzas. Trató acerca de las epidemias, la maternidad y la tuberculosis. Pero fueron sus lecturas habaneras de los días subsiguientes las que causaron verdadera conmoción. En la primera, el 13 de diciembre, lo presentó Fernando Ortiz y asistieron alrededor de 4 000 personas. Un día después con igual éxito o aún mayor, trató sobre Los estados intersexuales. Los diarios reseñaban ampliamente (a página completa) el contenido de las charlas del doctor Marañón y la entrada era tan disputada que hubo protestas porque solo tenían acceso a la sala los miembros de la Institución Hispano Cubana de Cultura, que a fin de cuentas era la que lo había invitado.

El llamado Príncipe de la Medicina alcanzó popularidad hablando de sexología en esta cálida ciudad del Caribe, en la cual permaneció hasta el 18 de diciembre.

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