Gloria Pires
24 de enero de 2023
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Cuando se entra al hogar día tras día a la misma hora –una hora que se espera con impaciencia- y este acto de soberana naturalidad se realiza durante semanas y meses, no queda otra manera de considerar el asunto: se trata de alguien más de la familia, a quien se aprecia y echa de menos cuando no está.
Por eso cuando Gloria Pires bajó del avión en la mañana del 3 de agosto de 1996 fue saludada por tantos conocidos que la llamaban por su nombre o el de alguno de sus populares personajes de las telenovelas brasileñas. Los habaneros, los cubanos en general, recibían a un querido familiar al cual ansiaban conocer personalmente.
La acompañaba su esposo el compositor y cantante Orlando Morais y allí mismo, en el aeropuerto, accedieron a un improvisado encuentro con la prensa que sirvió para satisfacer las más acuciantes interrogantes de los admiradores. Con 32 años a la sazón y dos hijas, Gloria Pires reveló las impresiones primeras de su encuentro en suelo cubano:
“Estoy muy emocionada porque este es un lugar del que mucho se oye hablar en todas partes. Representa algo así como lo inalcanzable por nosotros. Todo lo que pude ver desde el avión era muy hermoso y es sabido que los cubanos son un pueblo simpático, comunicativo,” declaró al periodista Joel del Río de Juventud Rebelde.
Con una larga carrera pese a su juventud, Gloria explicó que desde niña afrontó sus primeros papeles y que igualmente sucedió durante su adolescencia. A partir de 1979, consideraba ella, realizó su primer protagónico en la televisión, con Dancing Days, que la mostró en una fase de incipiente evolución hacia planos superiores dentro del contexto actoral brasileño.
Aunque muy popular a través de la televisión (las telenovelas), para la generalidad de los cubanos es sobre todo una de las presencias más socorridas de las telenovelas brasileñas que, no obstante las críticas de algunos periodistas especializados, causan furor en el entorno familiar. Respecto de este tipo de producciones, ella declaró:
“Aunque tienen un cariz evidentemente industrial, en masa, siempre he creído en la posibilidad de hacer mejor, de dignificar el trabajo en televisión. Siempre traté de evitar las etiquetas, manteniendo esa postura de seriedad en mi trabajo.”
Familiarizada con el público cubano mediante las telenovelas Derecho de amar, Vale todo y Mujeres de arena –en la que desempeña dos personajes (Ruth y Raquel)-, además de El rey del ganado, Mujeres ambiciosas y alguna otra que escape a nuestra memoria, la excelente actriz comentó acerca de la popularidad y las características de su trabajo: “Un poco de sacrificio es necesario. Pero con el tiempo hemos ido aprendiendo a protegernos.”
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