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Gian María Volonté

13 de enero de 2017

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Transcurrían los días del Festival Internacional de la Canción de Varadero, en noviembre de 1970, cuando los periodistas, entre decenas de compositores y cantantes, desviaron parte de su atención hacia alguien que ni cantaba ni componía y pese a todo, era noticia porque sus filmes se conocían en Cuba: Gian María Volonté, quien se convirtió así en uno de los objetivos del lente fotográfico.

Confesamos desconocer cuántas veces Gian María Volonté se detuvo en Cuba, aunque en cada una de ellas la prensa se ocupó de descubrirlo, entresacarlo de su natural modestia y presentarlo a los cinéfilos.

Según parece, las jornadas de Varadero dejaron al actor milanés con deseos de volver, pues procedente de México, Volonté estaba de nuevo en Cuba el 8 de junio de 1975, invitado por el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos.

Recién había concluido la película Actas de Marusia, acerca de los obreros del salitre en Chile, cinta que venía a sumarse a otras ya vistas en las cuales abordaba la temática política y judicial. Nos referimos a las películas Sacco y Vanzetti, El caso Mattei, El monstruo en primera plana, Atentado, El hereje…

Entonces expresó para un diario capitalino:

 

“Yo no puedo determinar las posibilidades de hacer una película, pero creo que es importante hacer las que lleguen al público, las que tengan valores culturales. Doy prioridad a las políticas o de temas sociales”.

 

En la primera quincena de diciembre de 1986, fecha de celebración del 8vo Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano y por tanto, lugar y momento propicios para el encuentro de viejos y nuevos amigos, Volonté se halló entre los invitados. Esta vez, a pocos días del estreno en Italia de su filme más reciente y verdaderamente inolvidable para cuantos lo hemos visto, El caso Moro,  sobre el asesinato del expremier italiano.

También por aquellos días era noticia de primera plana en la prensa cubana la creación de la Escuela Internacional de Cine y Televisión, en San Antonio de los Baños. Preguntado respecto al proyecto, Volonté declaró:

 

“¡Es extraordinario!, por eso cada vez que llego a este país y veo las grandes realizaciones, no dejo de emocionarme.”

 

Tras su partida definitiva, Gian María Volonté (9 de abril de 1933 – 6 de diciembre de 1994), dejó una profunda huella en el mundo cinematográfico europeo y latinoamericano.

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