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Extrema tristeza

24 de febrero de 2020

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En una que otra oportunidad, a lo largo de su vida, el ser humano experimenta una fuerte pesadumbre sin que pueda atribuirlo a un hecho determinado. Es una sensación normal, a veces, motivada por el cansancio físico o mental. Cuando ese estado de ánimo se mantiene por grandes estadías, o de manera permanente, estamos ante una gran crisis depresiva.

Los psicólogos la definen como un estado emocional caracterizado por tristeza extrema, una percepción de vacío, rechazo y falta de autoestima. Las estadísticas confirman que millones de seres humanos, presentan esta afección.

Múltiples situaciones desatan esa tristeza: pérdida de seres queridos, fracasos, tanto en la vida laboral como en la relación de parejas, afectación económica, o reacciones normales en una personalidad psicópata.

Pero la comunidad científica concuerda en que el sexo femenino es más propenso a la depresión por los cambios hormonales agudizados posterior al parto, también denominado depresión puerperal o depresión postnatal. Su forma más grave es la psicosis postparto. Esos estados de ánimo son frecuentes en la etapa de la menopausia.

Estudios coinciden en que las solteras, divorciadas y separadas, son más proclives a la depresión que las casadas o las que viven en pareja. Contradictoriamente, las viudas se deprimen menos que las divorciadas.

Los expertos afirman que de cada cuatro personas, una sufrirá al menos un período depresivo a lo largo de su vida. Alrededor de un 80%, se recupera a los dos o tres meses de tratamiento. No obstante, especialistas aseguran que “la depresión es la más temible y desconocida de las enfermedades, y la única que puede llevar al suicidio”. Incluso, psiquiatras y psicólogos admiten el error de pensar que la infancia es siempre feliz, y afirman la presencia de la depresión en la niñez.

Reconocieron además, que muchas culturas rechazan la idea de que un niño deprimido desee morir, pero esa realidad está confrontada por distintas causas sociales: la guerra, el hambre, el abandono, el abuso sexual, la violencia, en sentido general.

Ante la magnitud de este trastorno psíquico, la Organización Mundial de la Salud (OMS), vincula el auge de la depresión a los cambios acelerados en la forma de vida, el desmembramiento de la familia y la lenta ruptura de las tradiciones y estructuras sociales.

Muchos fármacos alivian la depresión. No es aconsejable dejarse llevar por esa tristeza, sin salirle al paso. Los psicólogos sabrán encontrar el origen del mal, y orientar el tratamiento a seguir.

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