La electricidad que mata y cura (VI)
16 de octubre de 2017
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La inactividad sólo apetece cuando tenemos demasiado que hacer.
Noel Coward
Estimulación muscular eléctrica
El efecto que tienen las descargas eléctricas sobre el sistema nervioso ha sido utilizado para influir en este de diferentes maneras.
El descubrimiento de que la interacción de una corriente eléctrica externa sobre los nervios los podía activar, y causar contracciones musculares, pasó de ser una curiosidad a un conocimiento acerca de las características eléctricas del sistema nervioso y su papel en la contracción de los músculos.
De ahí que pensar en cómo actuar sobre estos con la aplicación de descargas eléctricas fue solo un paso obvio.
Las primeras investigaciones sobre humanos no poseían métodos de control adecuados y se llegaban a conclusiones erróneas, pero a pesar de esto estas fueron avanzando, las aplicaciones se multiplicaron y la electricidad se hizo popular como tratamiento médico a ciertas enfermedades usando desde corrientes débiles hasta descargas intensas sobre cualquier músculo desde las extremidades hasta el corazón.
La aplicación de corrientes eléctricas débiles en los músculos puede producir la contracción de estos, aprovechando este fenómeno, al usar corrientes de frecuencia variable se han desarrollado estimuladores eléctricos musculares que sirven para las terapias de recuperación en personas que por sus condiciones físicas o necesidad de inmovilidad de parte del cuerpo se ven privados de realizar ejercicios, o para la recuperación de aquellas extremidades que han sufrido alguna lesión.
Los estimuladores eléctricos musculares se han hecho populares también en terapias para adelgazar, entrenamiento muscular y como complemento de la actividad física para personas que disponen de poco tiempo o para aquellas que por motivos de convalecencia, invalidez parcial o necesidades específicas necesiten ejercitar músculos determinados.
Los estimuladores musculares eléctricos aparecen en modelos comerciales o se diseñan para fines determinados, sobre todo en las terapias de recuperación.
En los años 70 y 80 del siglo XX se pusieron de moda dispositivos de estimulación muscular eléctrica y la publicidad hacía especial énfasis en que servían para adelgazar y acompañaban a los anuncios con imágenes de personas utilizándolos mientras sentados reposadamente leían, escuchaban música y lucían unos cuerpos esbeltos. Entre ellos algunas marcas incluían en su nombre los beneficios como Slendertone (en inglés slender –delgado y tone– tono refiriéndose al tono muscular) o Jimbody (por el sonido Jim de gimnasio y body del cuerpo)
Los anuncios muestran intención de evitar la actividad física y al reposo como criterio de confort de esa época, contrario al momento actual en que la actividad física intensa se entiende como una necesidad para garantizar la salud. Hoy día se hace más publicidad en los medios a los productos deportivos, las actividades en gimnasios o la carrera al aire libre conocida por jogging o trote. El aspecto saludable de un cuerpo delgado se relaciona más con el entrenamiento que con el reposo.
Al utilizar estos estimuladores se debe tener en cuenta la intensidad y la frecuencia de la corriente o de la tensión eléctrica aplicadas, los puntos de contacto de los electrodos, y la tolerancia y necesidad de cada paciente o usuario del dispositivo.
Así al aplicar la corriente los músculos involucrados sufren contracciones, periódicas (habitualmente de 40 pulsaciones por segundo) con intensidades que varían de persona a persona y dependen de los valores de voltaje aplicado. Los dispositivos comerciales en su mayoría traen instrucciones de uso garantizadas por algún sistema de salud certificado que deben tenerse en cuenta al usarlos.
Muchas personas han visto en estos aparatos un sustituto del ejercicio físico pero se recomienda utilizarlo solo en casos de necesidad y con un control profesional, preferiblemente médico, adecuado. Es más recomendable siempre que se pueda el ejercicio físico en gimnasios, o al aire libre, y recurrir a los estímulos eléctricos cuando esto no es posible.
Hoy este sistema se utiliza habitualmente para que las personas recobren la movilidad de los miembros y ejerciten el cuerpo en condiciones que les habría resultado difícil. Recuerde que en estos casos siempre se trata de una intromisión en el sistema nervioso a través del uso de la electricidad que puede resultar tanto beneficioso como peligroso. Por ejemplo una descarga eléctrica puede afectar al corazón y causar la muerte o evitarla.
Y de eso trataré en la próxima entrega de esta serie dedicada a los usos y efectos de la electricidad en el cuerpo.
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