Ernesto Lecuona-Epistolario (XXV)

4 de diciembre de 2015

|

Ramón Fajardo

 

 

 

En librerías de la capital y provincias cubanas se encuentra a la venta la segunda edición de nuestro libro Ernesto Lecuona: cartas, que, publicada por la editorial Oriente, de Santiago de Cuba, se diera a conocer en la más reciente edición de la Feria Internacional del Libro de La Habana.
Y para que los lectores de esta sección aprecien el contenido del aludido título, continuamos en De Ayer y de Siempre la inserción de gran parte de las epístolas que integran la aludida obra.

 

Acerca de tal solicitud formulada por Gonzalo Roig, en la anterior carta publicada, el 3 de noviembre de 1947 le respondió Ernesto Lecuona:

 

Querido Gonzalo:
Acabo de enviarle un cable al Sr. Amador para que te envíe, a manera de anticipo, 300 dólares por cable urgente. No comprendo cómo el Sr. Amador ha hecho esto, porque es persona seria, cumplidora y, además, quedó conmigo en darte el anticipo, como es muy lógico.
Yo, y no creas que es excusa, porque sería incapaz de hacerlo contigo, no tengo suficientes fondos en el Banco de La Habana para poderte hacer el envío de ese anticipo, y de situar fondos del banco mío en New York a este de aquí, correría el mismo tiempo, o tal vez más, que lo que demorará Amador en enviarte el anticipo por cable. Si el miércoles próximo, o a más tardar el jueves por la mañana, no tienes noticias de Amador, mándamelo a decir enseguida.
Quiero que sepas que yo no le he puesto precio al trabajo, y mucho menos lo pondría al tuyo. Había, o mejor dicho, hay un presupuesto de mil dólares ($1 000) para la instrumentación, y mi deseo siempre fue que la hicieras tú. Y así lo hice constar a la compañía que regentea el Sr. Amador. Yo sé que hay música, pero como te dije en el portal, la tarde que almorzaste conmigo, tú tienes algo hecho de María la O y podías aprovecharlo. Que “El Cabildo” haya salido magnífico, no lo dudo, porque sé que tú eres el hombre número uno en eso de instrumentar.

Yo hablé con Amador, si el trabajo era mucho, para que subiera un poco la cuota estipulada, cuando sea oportuno. Él está encantado contigo. Y tiene de ti una magnífica impresión. Sobre todo, porque has sido con él afectuoso y “jaranero”, en fin, criollo; porque a este buen Amador, le sobra el criollismo por todas partes.
Falta un número. Lo estoy terminando. ¿Tú tienes algunos lanceros que me sirvan de molde para hacer unos 32 compases que necesito? Yo no tengo nada de esto, ni recuerdo cómo son.
Si tienes esos lanceros, mándalos con Rendón mañana, para hacer yo los míos para la película. Serán 32 o 40 compases nada más, ¡no te asustes!…
Bueno, Gonzalo, si no tienes noticias de Amador, el miércoles o jueves próximo, mándamelo a decir, para buscar yo la solución por otra parte.

Tuyo, con un abrazo,
Ernesto Lecuona

 

Tras el estreno en Cuba del filme María la O, Ernesto Lecuona escribió a Gonzalo Roig el 15 de marzo de 1948 para felicitarlo por la orquestación que realizara de piezas de la zarzuela de igual nombre.

 

Querido Gonzalo:
Un saludo muy afectuoso para ti, te envío.
Mándame a decir con Pepito si tienes las partes de piano de María la O que yo te envié para instrumentar. Si las tienes, te agradecería mucho me la mandes con Pepito, pues en esas partes de piano fueron algunos originales que ni copia de ellos tengo.
“El Cabildo”, por ejemplo, la necesito para un ballet que van a hacer en Sans Souci.
La instrumentación de María la O, película, ¡magnífica! ¡Como tuya!… Todo han sido celebraciones para tu trabajo… Y yo, desde luego, estoy muy contento por ello. Aunque algo tarde, vaya mi felicitación.
Muchos recuerdos.
Te abraza,
Ernesto Lecuona