Ernesto Lecuona-Epistolario (XIV)

18 de septiembre de 2015

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Ramón Fajardo

 

 

En librerías de la capital y provincias cubanas se encuentra a la venta la segunda edición de nuestro libro Ernesto Lecuona: cartas, que, publicado por la editorial Oriente, de Santiago de Cuba, se diera a conocer en la más reciente edición de la Feria Internacional del Libro de La Habana.
Y para que los lectores de esta sección aprecien el contenido del aludido título, continuamos en De Ayer y de Siempre la inserción de gran parte de las epístolas que integran la aludida obra.

 

 

En ocasión del viaje de Ernesto Lecuona de Estados Unidos a La Habana, en 1946, se propició un acercamiento entre este y Gonzalo Roig para –como respectivos presidentes de la Federación Nacional de Autores y de la Corporación Nacional de Autores de Cuba– encontrar fórmulas tendentes a la unión de todos los compositores criollos en una sola entidad.
Sus intentos por lograrla y así resolver, de modo definitivo, los acuciantes problemas que en tal contexto tenían los autores cubanos quedaron recogidos en cartas intercambiadas por ambos entre marzo y mayo de 1947. La primera de ellas la redactó Lecuona en Nueva York el 16 de marzo, a unos quince días de su regreso a Norteamérica:

 

 

Sr. Maestro Gonzalo Roig
La Habana, Cuba.

Querido Gonzalo:
Quiero expresarte mi agradecimiento por haberme propiciado el momento de poder saludarte con el afecto de siempre la tarde de mi despedida en el muelle. Al mismo tiempo te escribo para entrar ya de plano en el propósito que existe entre todos de poder realizar el proyecto tuyo que se trató con el Sr. Bonachea, Carballido y Mr. Dawny en el Hotel Nacional.
Tú sabes –una vez más lo repito– que todo lo que sea reunirnos y acabar de una vez y para siempre con problemas y dificultades que a nada bueno conducen entre nosotros los compositores es mi sola ambición desde la Presidencia de la Federación Nacional de Autores. Yo sé que tú estás palpando el mismo anhelo mío. Por esta razón, quiero estar en contacto contigo, aunque sea por este medio por ahora, para llevar a cabo lo que ambicionamos, y lo que es el sentir unánime de la masa autoral cubana.
Roca y Carballido están de acuerdo con lo que yo haga. Así es que ponme al corriente de lo que trates con Bonachea o con Carballido y Roca para solucionar todo cuanto antes. La mayor voluntad me anima en todo lo que se realice en beneficio de todos nosotros. Hoy le escribo a Roca y a Carballido, también al Sr. Bonachea, para que se entrevisten contigo y cuanto antes sea posible.
Yo, como presidente de la Federación, haré mis sugestiones al respecto para que sean aceptadas y acatadas, ya que se trata de lo más saludable, lo más definitivo para los autores cubanos: la compenetración de ustedes y nosotros en lo que se refiere a los intereses que tú y yo estamos representando. Los intereses de a CNA y de la Federación de Autores de Cuba unidos por medio de esa magnífica idea tuya —la Agencia Cobradora de Derechos Mutuos— es una gran cosa y un paso en firme en el camino que me tengo trazado: LA UNIFICACIÓN DE TODOS LOS AUTORES CUBANOS.
Escríbeme. Muchos recuerdos por tu casa.
Pepito me encarga te remita un abrazo.
Para ti el afecto de siempre de tu amigo,
Ernesto Lecuona