Epistolario de Ernesto Lecuona
29 de abril de 2015
|Gracias a la Editorial Oriente, de Santiago de Cuba, los lectores cubanos podrán adquirir nuestro libro “Ernesto Lecuona: cartas”, cuya primera publicación, en dos tomos y a cargo de Ediciones Boloña, de la Oficina del Historiador, vio la luz en el 2012.
Hoy iniciamos la publicación de pasajes del aludido texto, a fin de que los asiduos lectores de ella puedan apreciar el contenido de la obra.
En enero de 1928 ya se exhibía en las vidrieras de la joyería Casa Quintana, de La Habana, el formato del libro “Cuba musical” —resumen ilustrado de más de mil páginas sobre la historia y el estado en que hasta entonces se encontraba tal manifestación artística en la isla antillana—, cuya publicación dirigieran José Calero y Leopoldo Valdés Quesada.
El día 28 de ese mes y año —en su leída sección “ Arte Musical” , de “El Mundo”—, Calero publicó una carta que poco antes le enviara Ernesto Lecuona con sus apreciaciones en torno a la importancia de la mencionada obra.
Mi querido Calero:
He visto detenidamente el formatum de “Cuba músical”. En él se esbozan los distintos asuntos que abarcará la obra y se refieren aquellos que van a ser objeto de una mayor atención.
Confieso sinceramente que el rasgo es magnífico. Recoger en un volumen de amplias proporciones lo que hemos heredado y lo que somos actualmente en música es algo digno de las mayores celebraciones, y el profesorado musical de nuestra patria, y todos cuanto se interesen por la propia cultura, deben ayudar a una tan difícil como patriótica empresa.
Tengo la absoluta seguridad que el álbum “Cuba musical” ha de ser un magnífico y elevado detalle de nuestro ambiente artístico. Y como estoy identificado con una tan plausible idea, quiero unir mi débil elogio a los justicieros, espontáneos e importantísimos que le han prodigado a dicha obra, con mi respetable maestro el eminente artista Hubert de Blanck, otros profesores […].
No sé si mi cooperación podría ser útil a la difícil empresa de “Cuba musical”. Pero si el modesto concurso mío sirve para algo, cuenta con él y ordena a tu afectísimo amigo
Ernesto Lecuona
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