Entrevista con Zenén Calero
27 de junio de 2014
|Realizada el 25 de abril de 2014
¿Cuál ha sido el rasgo distintivo de la edición // del Taller Internacional de Teatro de Títeres?
Creo que lo ha distinguido una mayor participación internacional, vinculada a la realización del Consejo UNIMA internacional. En realidad han sido dos eventos con el mismo propósito, contribuir al desarrollo del teatro de títeres en Cuba y en el resto del mundo.
Es la primera vez que los directivos de la UNIMA internacional se reúnen en América Latina. ¿Cómo crees influirá este hecho en el teatro de títeres que se hace en Cuba?
Lo primero a resaltar es que nos han tenido en cuenta y han reconocido el trabajo que hacemos aquí. Tal vez estábamos muy alejados unos de otros, y con esta reunión reconocieron la existencia del teatro de títeres en nuestro país. El evento ha sido el espacio para encontrarnos y ver lo que hacemos, para compartir experiencias a partir de diferentes visiones del trabajo. El Taller tiene una programación que incluye las presentaciones de obras, reuniones con el ejecutivo de la UNIMA internacional, sesiones teóricas, talleres que han sido impartidos por maestros con ideas creativas y trayectorias muy interesantes. Hemos intercambiado información muy rica sobre muchos temas, tales como la presencia de los títeres en Mesoamérica***, o los títeres en la pedagogía, que nos han permitido saber qué sucede en el resto del mundo para calibrar lo que estamos haciendo, para saber por qué caminos andamos. El Taller ha sido un punto de partida para continuar trabajando y ha sido enriquecedor para todos.
Durante el Taller se reabrió la sala Pepe Camejo, el sitio desde donde se mueven los hilos organizativos de este evento. ¿Cómo transcurrieron las labores constructivas?
Hubo que hacerlo en poco tiempo pero era necesario, había que corregir defectos que impedían que nuestro trabajo saliera mejor. La brevedad del tiempo disponible nos obligó a laborar intensamente para rehacer la imagen del espacio y para que fuera más confortable para el público y para los que trabajen aquí. En términos de imagen está más cuidada en todos los detalles. Sabes que me gusta cuidar la factura de lo que hago, la coherencia de lo que hago, y he podido resolver casi todo lo que había soñado para la sala. Digo casi todo porque soy muy soñador y muy exigente conmigo mismo, y a veces estoy en una función y miro hacia algún lado y veo que falta algo, pero realmente estoy muy contento, nos sentimos muy satisfechos como grupo porque trabajamos en un lugar que, además de la sala, tiene otros espacios como el Jardín de Pelusín, tiene la Biblioteca Dora Alonso y la Galería El Retablo. Este es el Centro Cultural Pelusín del Monte, donde aún nos queda soñar con el Museo de títeres de nuestra ciudad, allí exhibiremos la colección de muñecos de los hermanos Camejo, fundadores del teatro de títeres en Cuba.
Desde el primer Taller, y hasta hoy, eres el creador de la imagen de la cita. ¿Cuáles son los motivos inspiradores para sorprender, cada dos años, a los que llegan a Matanzas?
Antes que concluya un Taller ya tengo hecha la imagen del Taller venidero. La mascota nació en Teatro Papalote, que fue el iniciador del Taller, a partir de una idea de René Fernández. Recuerda que yo fui el diseñador de ese grupo durante/// años.La imagen ha ido cambiando progresivamente. La primera motivación es el número, y lo convierto en una pieza importante dentro de la imagen. Busco expresar también el carácter internacional del evento, a veces aparece un mapa, o el globo terráqueo, otras veces aparecen títeres de diferentes lugares del mundo. En la edición anterior hicimos una exposición donde se recogía la visualidad del evento a lo largo de su historia y me di cuenta que había utilizado muchos planos, muchas líneas. Este año quise romper con eso y trabajé con crayolas, con pasteles, con acuarelas. Pelusín del Monte, que es la imagen de la reunión del Consejo UNIMA, también fue imagen del Taller, ese es nuestro títere nacional. Cada año busco una nueva motivación para tratar, como dices, de que te sorprendas al llegar a Matanzas.
Entre las numerosas instituciones de la provincia que se han sumado a la fiesta de los títeres se encuentra Ediciones Vigía, que publicó un libro de Salvador Lemis.
Ha sido un proceso muy bonito. A Salvador lo conocemos hace mucho tiempo, estudió con Rubén*** en el ISA. Después de mucho tiempo sin vernos nos reencontramos en el Festival de Tlaxcala, México. Entre la enorme cantidad de materiales que tiene Salvador, Rubén seleccionó esos poemas, recogidos en el volumen El titiritero Florencio. Para ilustrarlo me inspiré en Armando Morales, lo confieso ahora. Son doscientos ejemplares, hechos a mano todos. Queríamos darnos el gusto de hacer un libro con la obra de Salvador, para compartirlo con él y con la gente que vino al evento.
¿Qué le queda a Zenén Calero de estos días intensos?
Ha sido una satisfacción muy grande encontrarme con gente muy querida, a algunos los veo con frecuencia y a otros hace años que no los veía. La realización en Varadero de la reunión del Consejo UNIMA ha sido un fruto del trabajo de los titiriteros cubanos durante años, y nuestra isla ha quedado muy bien parada al frente de este evento. Ha venido mucha gente a conocernos, a ver nuestro trabajo, y ya saben que existimos. Trabajar para los títeres es como un vicio, te obliga a vivir para él y por él. Ya estamos trabajando para la próxima edición, mientras tanto, seguiremos abriendo nuestra sala Pepe Camejo para nuestro público habitual, para que vengan grupos cubanos a presentarse aquí. Me queda una gran felicidad.
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