Entrevista a Juan Carlos Núñez, subdirector de la “Casona de Línea” realizada el 7 de abril de 2013
20 de mayo de 2013
|¿Cómo llegaste a la Casona de Línea?
Yo era parte del equipo del Centro de Investigaciones, que antes tuvo la sede en Miramar. Al desaparecer Raquel Revuelta, el Consejo Nacional de Artes Escénicas nos da la tarea de mantener vivo el recuerdo de Raquel y de continuar desarrollando el trabajo en la Sala LLauradó.
¿Cuál era el vínculo entre Raquel Revuelta y el Centro de Investigaciones de las Artes Escénicas?
En el Centro se hizo una investigación para la monografía de Teatro Estudio, se presentó en el Teatro Mella con la presencia de Raquel, Vicente, y muchos de los fundadores del grupo que aún vivían en ese momento. Nancy Benítez, directora del Centro, mantuvo estrechos vínculos con Raquel durante el proceso de investigación.
¿Qué pasó en la Casona de Línea una vez que desapareció Raquel?
Se convirtió en un complejo cultural donde se realizan muchas actividades. La Sala LLauradó comenzó a funcionar de martes a domingo, y se iniciaron las funciones para niños. También se hacen las peñas de trovadores, tienen lugar lecturas teatrales, lanzamientos de libros, exposiciones; y casi todos los rincones de la Casona son lugares de ensayo para los grupos que no tienen sede. En ese momento estaban cerrados el Centro Cultural Bertolt Brecht y el Teatro Mella, la Casona se convirtió en el lugar teatral más céntrico de la ciudad, y se mantuvo su nombre.
¿Cuál es el teatro que se le propone al público que asiste a la Casona de Línea?
Teatro, puramente teatro, para niños y para adultos. Pocas veces se presenta el humor, proponemos teatro dramático, de pequeño formato. Hemos hecho algunos conciertos, pero no es nuestra línea.
-Algunos de los mejores grupos de teatro de la isla estrena sus montajes aquí ¿Cuáles son los que han causado más impacto en el público durante sus presentaciones en la sala LLauradó?
En estos diez años se han realizado 3 mil 381 funciones, se han presentado 398 espectáculos, de ellos 144 fueron estrenados aquí. De los grupos de La Habana el que más ha incidido es Teatro Pálpito, dirigido por Ariel Bouza, con teatro para niños y teatro para adultos; Okantomí con teatro para niños; Mefisto Teatro, dirigido por Tony Díaz; Teatro El Público, de Carlos Díaz. Teatro del Viento, de Camaguey, ha impactado mucho en la Sala. Puedo mencionar a Susana Pérez, a Teatro del Círculo, a Verónica Lynn; son muchos más, pero son estos los que mayor impacto han provocado. Otros como El Ingenio, de Juan Carlos Cremata, han tenido mucho público.
En la Casona de Línea se trabaja de lunes a lunes, cómo se organiza el trabajo del equipo técnico?
El lunes hacemos el montaje de las funciones que se hacen de martes a jueves. Cuando termina la función del jueves se hace el montaje de las funciones que comienza el viernes, se hace lo que en el teatro se llama velada, que es trabajar en el montaje durante la madrugada, y luego vamos a función. Los sábados y domingos son más complejo porque se hace el espectáculo para niños, y hay que montar y desmontar cada día. Los domingos se hacen las peñas después de la función. Lo más difícil es cuando hay estrenos, hay que ensayar a cualquier hora y mantener la función programada. Tenemos dos técnicos de luces, dos técnicos de sonido y dos de tramoya.
¿Cómo es posible hacer tanto trabajo con tan pocas personas?
Una de las claves del éxito de la sala LLauradó es el compromiso de sus técnicos con el trabajo y con el teatro, ellos viven del teatro y para el teatro, por eso logran que todo funcione como un reloj. El montaje y el desmontaje son como un mecanismo de relojería, y tratan de hermanar un espectáculo con otro, sin afectar la calidad de las obras, para que todo fluya. Lo más difícil es el montaje de luces, es lo que más tiempo requiere.
¿Qué sucede las noches de domingo en los jardines de la casona de Línea?
Al terminar la función de teatro, sobre las 7 de la noche, se monta la Peña de los trovadores, que también celebra los diez años. En esa Peña se dieron a conocer Adrián Berazaín, William Vivanco, Fernando Bécquer, Charly Salgado, Mauricio Figueral. Cuando David Torrens regresó de México cantó aquí, cuando Kelvis Ochoa volvió de España también cantó aquí.
De alguna, entonces, siguen la línea de Raquel y Vicente en Teatro Estudio, donde se acogían a los trovadores, desde Marta Valdés a Gema Corredera.
La Peña que hacemos hoy es continuidad de la que Marta Valdés hacía. Por eso, cuando organizamos la Gala que festejaba nuestro décimo aniversario, decidimos junto a Raulito Martín, que fue el director artístico, que invitaríamos a Pedro Luis Ferrer. Ese fue nuestro homenaje a Raquel, por los vínculos que tuvo su grupo con trovadores como Silvio, Pablo, Noel. Y hay que decir que cuando lo llamaron para invitarlo Pedro Luis dijo: allí estaré, y así fue.
¿El actual equipo de trabajo de la Casona de Línea es consciente de la Historia que se ha vivido aquí?
Sí, nuestro equipo de trabajo sabe lo que ha sido la Historia de esta Casona. Tenemos una cualidad que no tienen otros teatros, como aquí radica el Centro de Investigaciones de las Artes Escénicas, estamos en contacto con la Historia del teatro cubano, y en la Sala tenemos el teatro actual. A cualquier técnico le puedes preguntar sobre la Historia de este lugar y la del teatro cubano. Aquí también se imparten cursos: de Dramaturgia, Luces, Sonido, Producción, Maquillaje.
¿Cómo se organizan para los ensayos de tantos grupos que trabajan aquí?
Se ensaya en esta oficina, en la pérgola, en el comedor, en la sala, en el tabloncillo, en el patio. Hasta 14 grupos han ensayado aquí al unísono. Se ensaya en la mañana, en la tarde, en la noche.
La calle Línea se ha reanimado teatralmente: Centro Cultural Bertolt Brecht, Teatro Mella, Sala Raquel Revuelta, Sala Trianón. ¿Cómo se inserta la Casona de Línea y la Sala LLauradó en ese circuito?
El público agradece ese circuito porque son opciones de lugar y horario para ver teatro, pero nuestra Sala mantiene entre un 80 y 90 por ciento de público en cada función por la programación y por la promoción que hacemos. Nuestra programación es estable y nuestro público es muy selecto. También tratamos de mantener en cartelera las obras con mucha demanda de público y, a veces, hacemos doble función.
He visto funciones aquí que han culminado iluminada por los móviles porque se cortó el fluido eléctrico.
En la Sala Llauradó se produce una magia entre el público y los actores que ni el corte de la corriente ni ningún problema técnico hace que se interrumpa la función. Los actores siguen trabajando y el público los aplaude como si no hubiera problema alguno. Con el Teatro de La Mancha, de Chile, se fue la corriente y los actores salieron al patio a hacer la función, y el público los siguió.
¿Cuáles son las perspectivas de la Sala LLauradó para los próximos diez años?
Intentaremos mantener una programación estable y de calidad para el público que acude a la Sala, priorizando el teatro dramático. Quiero concluir felicitando a los trabajadores de la Sala: la excelencia de Norberto, de Reynier, de Alex, de Gaspar en la promoción, de la taquillera, de las veladoras de sala; a todos los trabajadores, porque si la Sala Llauradó ha logrado tanto éxito ha sido por sus trabajadores.
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