Emilio “El Indio” Fernández
22 de abril de 2016
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Se afirma que Emilio “El Indio” Fernández, el más célebre de los directores latinoamericanos de cine de su época, sentía un especial afecto por Cuba. Ello no es de dudar, y seguramente influyó en la decisión de conferirle la dirección de la película La rosa blanca, sobre la vida de Martí en ocasión de su centenario, estrenada con gran pompa en el cine Radiocentro (hoy Yara), el 11 de agosto de 1954.
No ahora como algunos pueden pensar, sino desde entonces, se consideró la película un fracaso, algo para olvidar en la filmografía del destacado director, y más lamentable por pretenderse como homenaje al más grande de los cubanos. Pero es válido recordar que en la película se cita la carta inconclusa de Martí a Manuel Mercado, devenida testamento político por su mensaje antiimperialista, y que así se proyectó.
La filmación se realizó en Cuba y en México, y el rol protagónico (el personaje de José Martí) lo asumió un actor mexicano, Roberto Cañedo. Algunos especulaban si lo haría César Romero por su condición de actor de cierto renombre y de hijo de María Mantilla, la niña cuyo retrato llevaba consigo el Apóstol al morir, aunque ni Romero –por cierto, demasiado alto– ni nadie podía salvar aquel entuerto de guión. Figuraron también en papeles importantes dos actrices jóvenes y cotizadas ya entonces: Gina Cabrera y Raquel Revuelta, entre otros; el director Fernández utilizó su equipo estrella de realización –incluido Gabriel Figueroa en la fotografía– y se asignó un elevado presupuesto, propio de una superproducción para entonces. De manera que las intenciones fueron buenas, pero totalmente fallidas, de lo cual el primer responsable suele ser el director.
Para la fecha de filmación de la polémica película, “El Indio” Fernández había dirigido ya alrededor de 25 filmes, entre ellos, Enamorada, 1947; La perla, 1948, y Río escondido, 1949, cada una de las cuales le representó un premio Ariel a la mejor dirección, el más importante de la cinematografía azteca, aunque esto no era todo: la segunda alcanzó un lauro en el Festival de Venecia y la tercera en el de Karlovy Vary en diversas categorías, en tanto María Candelaria, de 1943, protagonizada por Dolores del Río y Pedro Armendáriz ganó el Gran Premio de la Crítica (ex aequo) del Festival de Cannes, y Salón México ganó el premio de fotografía en el Festival de Bruselas, 1948.
Repetimos pues, lo lamentable que resulta la inevitable asociación de la presencia de Emilio El Indio Fernández en Cuba a tan malogrado proyecto, aun tratándose de un cineasta reconocidamente talentoso y de prestigio internacional. Murió a los 82 años, el 6 de agosto de 1986.
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